“Nos sobran los motivos para considerar que esta extraordinaria profesional representa todos los valores que debe tener un premio a la Libertad de Expresión y que engrandecerá un galardón con el que, 211 años después, seguimos velando por defender la Libertad de Expresión”.
Lo dijo la alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada, cuando anunció quién recibiría esta edición del Premio a la Libertad de Expresión y lo repitió este miércoles en el Real Teatro de las Cortes, donde se aprobó un 10 de noviembre de 1810 el Decreto de Libertad de Imprenta.
Lydia Cacho, periodista mexicana, exiliada en España y azote de proxenetas y pederastas que la persiguieron por todo el mundo, refirió al público asistente cómo ha sido su vida en estos últimos 30 años, desde que sentó en el banquillo a los grandes delincuentes y sentó las bases de una periodista de investigación comprometida que está pagando el precio del exilio.
Había sido presentada por la presidenta de la demarcación territorial del Colegio de Periodistas de Andalucía en Málaga, Teresa Santos Berrote y esta a su vez por la delegada de Cultura del Ayuntamiento, María José Foncubierta.
Cacho remarcó el compromiso con su trabajo de investigación denuncia a pesar de las consecuencias, contó en primera persona cómo sicarios de las mafias mexicanas entraron en su vivienda; cómo se tuvo que marchar primero a Estados Unidos y luego a España y abogó por que más periodistas se comprometan con los más débiles y denuncien con la verdad por delante lo que ocurre en cada sociedad por mucho poder que tengan los culpables.
Lydia Cacho nació México, DF en 1963, periodista, escritora, activista social y defensora de los Derechos Humanos. Autora de 18 libros traducidos a quince idiomas y en venta en más de veinte países, y cientos de artículos y reportajes.
Sus investigaciones y denuncias permitieron lograr la primera sentencia por tráfico sexual de niños y pornografía infantil en México y en América Latina con una condena de 112 años de prisión.
“Gracias a tu denuncia y la de otros y otras como tú, los crímenes contra la humanidad y la violación de derechos humanos no pasan desapercibidos. Esos son los efectos del buen periodismo, el que es incómodo, el que no oculta la verdad”, le respondió la alcaldesa.