La enfermería en los colegios es fundamental siempre, pero más, cuando se juega una batalla contra una pandemia. No fueron tiempos fáciles cuando volvieron al trabajo, tal y como afirmó Mari Carmen López, enfermera del colegio Salesianos, “el año pasado, cuando se detectaba un caso positivo había que actuar en el momento, ya fuera por la tarde, por la noche, sábado, domingo, festivo, daba igual. Mi móvil estaba todo el día sonando”.
Al ser enlace Covid con el centro de salud, le toca llevar un control exhaustivo de los postivos del colegio, pero los protocolos han ido evolucionando y ahora explicó que “se ha limitado el hecho de que epidemiología tome medidas porque ya los contactos estrechos no tienen que hacer cuarentena”.
Pero ella, sin dudas, se pone en la piel de los alumnos, los últimos, además, en ser vacunados. “Los niños se han visto muy afectados por todo esto. El año pasado las criaturas venían de estar encerrados por una pandemia, que fue duro, y luego empezaron el colegio con miedo”.
Mari Carmen es muy observadora y, como enfermera, decidió implantar una medida que luego implementaron en otros centros: los grupos de desayuno. “Que los niños siempre desayunaran con los mismos compañeros en grupos de cuatro o cinco dio muy buenos resultados porque, a la hora de hacer el informe de contactos, el círculo se reducía muchísimo”. Incluso recibió la felicitación de Epidemiología por su idea.
Por supuesto, el trabajo no es fácil. “Hemos estado todos los profesores y yo misma como policías. Nos ven aparecer y se suben la mascarilla”. Pero reconoce que los niños “han dado un gran ejemplo durante toda la pandemia”.
Por último, la enfermera se mostró satisfecha con el trabajo realizado en el colegio, ya que explicó que “nunca ha habido un positivo de un contacto estrecho en el colegio. Eso significa que el protocolo y los esfuerzos funcionan”.