IU-La Isla advierte que la gestión del Gobierno municipal está afianzando los desequilibrios urbanísticos de las zonas periféricas de la ciudad. De igual forma, Izquierda Unida considera que los partidos políticos no deben actuar como portavoces de las asociaciones vecinales, "desde IU-La Isla defendemos que que el movimiento vecinal tenga voz y protagonismo directo para agilizar la gestión de sus demandas de manera directa", asegura Gonzalo Alías, coordinador local de IU y referente del frente amplio por La Isla.
IU-La Isla lamenta que la Corporación siga sin plantear los estudios necesarios para detectar de forma global las necesidades del ecosistema vecinal de la ciudad. “Mientras Cavada organiza charlas limitadas sobre supermanzanas, los desequilibrios de las zonas periféricas se están haciendo más acuciantes, y se precisa de un proceso participativo ambicioso para plantear soluciones que, por otro lado, ya se están desarrollando en otras municipios y por los que solo habría que analizar su viabilidad de implantación en La Isla", afirma Gonzalo Alías.
Izquierda Unida, en sus encuentros con el movimiento vecinal, traslada su modelo político en materia urbanística para empezar a corregir dichos desequilibrios, siendo la contraprestación urbanística la fórmula principal para ello. “Uno de los errores que se comenten a la hora de plantear un desarrollo urbanístico es limitarse al número de viviendas. Es necesario aclarar qué infraestructuras lo acompañan y qué mejoras se esperan de ellas en el distrito. Hablamos de locales para la asociación de vecinos, centros sociales polivalentes, zonas o corredores verdes, zonas infantiles...*”, describe el coordinador de Izquierda Unida.
Izquierda Unida considera que documentos como la Carta Ciudadana, o similares que son elaborados directamente por el movimiento vecinal, han de ser vinculantes y servir como guía para la acción de gobierno en las barriadas. En este caso, la oposición tendría que velar por su fiscalización y su grado de cumplimiento.
IU-La Isla concluye que la construcción de nuevas urbanizaciones debe considerar el impacto social en su entorno para que no se acentúen los desequilibrios entre las barriadas. "Cuando esto no se tiene en consideración se produce lo que ahora tenemos, aislamiento de los barrios tradicionales", dice Gonzalo Alías.
Son muchos los ejemplos del desigual desarrollo urbanístico que padece nuestra ciudad. "Y no es solo culpa de la actual alcaldesa. porque las intervenciones en los plenos delatan conformismo, consolidación del modelo conservador del mínimo esfuerzo, o parcheo", lamenta Alías.
Para Izquierda Unida traer a expertos en desarrollo urbanístico está bien. Pero que estaría mejor que las convocatorias no fuesen limitadas y que, en todo caso, atienda a los propios representantes de la ciudad en materia como el deporte, patrimonio, vecinal, a los trabajadores de los contratos prorrogados, etcétera... "Eso estaría mejor. Porque no solo hay que escuchar a los expertos, también hay que trasladar a la ciudadanía una filosofía de convivencia, planificando de forma participativa las zonas verdes e imponer contraprestaciones para los barrios tradicionales*", continua Gonzalo Alías.
Para Izquierda Unida, el barrio de la Casería es un ejemplo de estos desequilibrios urbanísticos. Cuando se produce su desarrollo desde la inmediaciones del Hospital de San Carlos, el barrio tradicional se va ahogando a medida que las nuevas construcciones se imponen. Aparcamientos subterráneos, piscinas y zonas deportivas privadas en torres de “lujo”, mientras el barrio tradicional no recibe nada a cambio para que exista un equilibrio en infraestructuras.
Otro ejemplo es la Avenida Al Andalus, pues mientras su zona alta se encuentra bien de servicios de restauración y comercios, la zona baja carece de iluminación nocturna y de mantenimiento de limpieza.
Y un tercer ejemplo se puede apreciar en la zona suroeste de la ciudad; mientras la propuesta de desarrollo en los terrenos de Janer sigue tomando cuerpo en beneficio de los unifamiliares cercanos, al adentrarse en los barrios de la Almadraba, Buen Pastor y Casas Blancas, se evidencia que siguen desatendidos.
"Estos son ejemplos que evidencian la imperiosa necesidad de plantear equilibrios urbanísticos para los barrios tradicionales de nuestra ciudad. Estos barrios periféricos son identidad de La Isla, pero son abandonados por las últimas alcaldías de la ciudad. Nuestro compromiso es corregir este tremendo error, porque las barriadas tradicionales de La Isla forman parte también de su patrimonio histórico", sentencia Alías.
Por todo ello, IU-La Isla entiende que el movimiento vecinal debe tener herramientas democráticas de participación directa en los distintos espacios de la ciudad. “Hablamos con claridad, de dotarlos de voz y voto vinculante para la participación. Vamos a seguir sumando iniciativas para acabar con los desequilibrios que perjudican a los barrios de la periferia de nuestra ciudad”, considera Gonzalo Alías.