El proyecto de agrupación de vertidos y creación de nuevas estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR) en los núcleos urbanos de Alcalá la Real arranca tras adjudicar recientemente la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, a través de la Dirección General de Infraestructuras del Agua, la redacción del proyecto a la UTE Atecsur-AM. Este lunes se celebraba la primera reunión de coordinación entre técnicos de la Dirección General de Infraestructuras del Agua, empresa adjudicataria de los trabajos, personal de Adalsa y miembros del gobierno.
El alcalde, Marino Aguilera, detalla al respecto que “se trata de una primera toma de contacto para coordinar la redacción del proyecto, por lo que nos reuniremos de forma periódica para hacer un seguimiento vivo del mismo”.
El plazo estimado para la redacción del proyecto es de 9 meses, adjudicado por un importe de 109.678,05 €. La empresa adjudicataria se encargará en una primera fase de medir los caudales de agua y puntos de evacuación de aguas residuales en las aldeas, al tiempo que elaborará un estudio para aportar alternativas individualizadas para la conducción y regeneración de los vertidos de cada aldea. También se detallará el número y tipología de sistemas de depuración que serán necesarias para dar una cobertura y servicio adecuados.
Aguilera avanza que “una vez sepamos el sistema a emplear en cada aldea, se convocará a los alcaldes pedáneos para hacerlos partícipes del proyecto, aunque en principio hay dos aldeas que no entran en el mismo al no contar con sistemas de saneamiento: Caserías de San Isidro y Las Grajeras”.
Fue en marzo del pasado año cuando la propia consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo, visitó Alcalá para anunciar la incorporación del municipio a este proyecto, “largamente demandado y en el que desde este gobierno hemos partido de cero para mejorar la calidad ambiental de nuestro entorno y evitar vertidos a los cauces”, recuerda el alcalde.
Con esto se da un paso más en el objetivo de “evitar los vertidos de aguas residuales a los cauces del municipio y las filtraciones a los acuíferos, mejorando así la calidad ambiental del medio rural y de las propias aldeas, algunas de las cuales soportan malos olores por la cercanía de los puntos de vertido”.