El solemne acto se inició con la interpretación de varias marchas procesionales a cargo de la Banda Municipal de Música, a cuya actuación siguió la interpretación, por parte de Rafaela Gavilán, de dos sentidas saetas, al Cristo y la Virgen, que sirvieron de preámbulo a la intervención del pregonero.
Alejandro Quijada centró su pronunciamiento en la experiencia personal acumulada durante años de vinculación con la Cofradía, a la que se acercó inicialmente como portador de trono, hasta lograr ser capataz del correspondiente al Cristo, en un periplo pleno de vivencias que glosó de forma emotiva, haciendo hincapié en la necesidad de seguir vinculando a los jóvenes con el mundo cofrade, por lo que ello reporta de enriquecimiento personal.
Además, Alejandro Quijada quiso transmitir con sus palabras las profundas sensaciones y sentimientos que se entremezclan en estas vísperas de la Semana Santa, cuando a la natural la impaciencia por la llegada del Martes Santo, jornada en la que se procesionará su Cristo, se suma este año la ilusión por la primera salida procesional de la nueva Imagen de la Cofradía, la Virgen de la Estrella, el Domingo de Resurrección.