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Dos caras de la moneda del volcán islandés en Chiclana

El volcán islandés ha dejado atrapados a muchos extranjeros que visitaban Chiclana

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  • Muchos de los extranjeros que visitaban la localidad se han tenido que quedar más tiempo, mientras que otros regresaron en autobús, trenes o en coche.
Que la erupción del volcán Eyjafjalla ha afectado a media Europa, es una realidad que para nadie es novedosa. Pero son muchos los extranjeros que se han visto atrapados en una de las poblaciones donde el turismo centroeuropeo, máxime el alemán, es fuente de riqueza. Chiclana se ha visto perjudicada y beneficiada, según se mire, por esta circunstancia, dejando a varios turistas unos días más en la zona. Así, se han dado casos de hoteles que han colgado el cartel de lleno beneficiándoles, como el Barrosa Garden, o perjudicándoles, el Aldiana; otros que han aumentado en demasía las cancelaciones, caso del Melía Sancti Petri; incluso chiclaneros escolares que se han quedado en Berlín, sin poder volver de su viaje de fin de curso.

En el Barrosa Garden se han visto beneficiados por la cantidad de gente que ha prolongado su estancia en el hotel. “Suerte tenemos de tener el hotel al completo”, aunque ayer se iba la mayoría, Cristina Romero, comercial del establecimiento, mostraba su satisfacción porque “nos han desviado los clientes desde otros lugares”, que en su mayoría procedían de las Islas Canarias.

Pero como nunca llueve a gusto de todos, John Butrón, del hotel Aldiana, veía este hecho de forma negativa. “Estamos sufriendo, porque hemos realizado muchas cancelaciones y hemos tenido que prolongar la estancia a muchos”. En el Aldiana, que confluye una clientela made in Germany, informaba sobre la supresión de numerosas pernoctaciones previstas y ahora, aunque con el hotel lleno, “estamos hasta el cuello”.

Caso similar al del Melía Sancti Petri, que habían cancelado un total de 25 reservas y “en tres noches la gente se las ha tenido que apañar para quedarse donde ha podido”, comentaba José Luis Roy, director comercial del hotel, quien confesaba que con la clientela francesa, belga y alemana “no sabían qué hacer”. Sin duda, dos caras de una misma moneda. También se ha dado el caso del Barceló Sancti Petri o el Alborán, donde ha afectado menos, que tuvieron que cancelar dos reservas y realizar dos prolongaciones, estando “pendientes en todo momentos de los vuelos del aeropuerto de Jerez para mantener informada a la clientela”.

Atrapados en berlín
De igual forma, muchas han sido las cancelaciones de gente que ha querido viajar a Chiclana en esta semana pero no ha podido. A estos, también se les une un grupo de escolares del Instituto de Secundaria Poeta García Gutiérrez, que se hallaban en viaje de fin de curso en Berlín. Según comentaron desde el centro, muchos alumnos ya habían emprendido el viaje de regreso mediante autobuses, aunque todavía quedaban algunos que esperarían los primero vuelos desde la ciudad alemana. Aunque ya en el día de ayer, los casos “estaban solucionados o en vías de solución”.

Para los extranjeros que no han tenido más remedio que volver a sus lugares de origen, casi todos por temas laborales, el autobús y el tren han sido los medio más requeridos. Aunque también se daba el caso de huéspedes que han alquilado coches con chóferes desde Alemania para volver.

En referencia a quién paga los costes adicionales que suponen el fenómeno, la mayoría de los hoteles miraban a los touroperadores, siendo en algunos casos cuantía de los clientes. Aunque, como comentaba Roy del Meliá, “todos estamos poniendo de nuestra parte, porque es un caso de fuerza mayor”. Con lo cual también ha supuesto un coste adicional para los hoteles, que han tenido que hacer un esfuerzo especial, haciendo caso al llamamiento de la Confederación Españolas de Hoteles y Alojamientos Turísticos, quien había instado a ser más flexibles.

Algunos extranjeros, aprendiendo del refranero español la cita que dice “a malos tiempos, buena cara”, han aprovechado estos días para pasear con más tranquilidad por la zona, como apuntaba Albert, hospedado en La Barrosa y que tenía que haber regresado el lunes. El alemán, que está en la ciudad por viaje de placer, aprovechaba el tiempo para disfrutar de las condiciones climatológicas de la zona y para aprender algo más español, ya que entre risas comentaba, que sólo sabía decir “Chiclana bonita” y “español bueno”.

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