Fuentes judiciales indicaron que esa multa se sumará a una indemnización de 1,4 millones de dólares que el jurado ordenó pagar a Kerry Lewis, de 38 años, quien dijo haber sido una de las víctimas de los abusos.
Los Scouts negaron durante el juicio las alegaciones de negligencia y explicaron que usaban una serie de archivos privados para mantener a los pederastas alejados de sus filas.
Sin embargo, los abogados de Lewis sostuvieron que la organización actuó de forma imprudente al permitir que Timur Dykes, antiguo asistente de la entidad, continuara asociado al grupo tras confesarle a un obispo de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días que abusó de 17 boy scouts en 1983.