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Alemania critica el apoyo a la energía nuclear en reunión del G7 de Medioambiente

Las declaraciones se producen después de que en la víspera su país desconectara sus tres últimas plantas, Isar 2, Neckar 2 y Emsland

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  • energia nuclear. -

El Gobierno alemán, que ayer desconectó sus últimas centrales nucleares, criticó hoy durante la reunión de ministros de Medioambiente y Energía del G7 de Sapporo (Japón) el compromiso del grupo para alcanzar "cada uno a su propio ritmo" una sociedad libre de combustibles fósiles, que incluye la dependencia de la energía nuclear.

La ministra alemana de Medioambiente, Steffi Lemke, dijo en una rueda de prensa tras la firma del documento que "no es un secreto que los diferentes países del G7 tienen diferentes opiniones con respecto a la energía nuclear".

Las declaraciones de la ministra se producen después de que en la víspera su país desconectara sus tres últimas plantas, Isar 2 y Neckar 2, en el sur, así como Emsland, en el centro, en el que supone un adiós definitivo a este tipo de energía en medio de una crisis energética exacerbada por la invasión rusa de Ucrania. 

El documento firmado hoy por los países del grupo dice que "los países que optan por utilizar la energía nuclear reconocen su potencial para proporcionar energía baja en carbono asequible que pueda reducir la dependencia de los combustibles fósiles, para abordar la crisis climática y garantizar la seguridad energética mundial".

El texto destaca que estos países se comprometerían a "maximizar el uso de los reactores actuales de forma segura y eficiente y al avance de una operación segura a largo plazo", siendo Japón, el anfitrión del encuentro, el país que más ha abogado por este punto.

El pasado diciembre Japón decidió extender la vida útil de sus reactores nucleares para que puedan operar más de su límite actual de 60 años, en un cambio de política con la meta de reducir las emisiones de CO2 y garantizar su suministro eléctrico.

El objetivo es que el país asiático aumente del 20 al 22 ó 24 % el porcentaje de suministro eléctrico que se obtiene a través de la energía nuclear y dependa en menor medida de otros países tras la disrupción de suministros por la invasión rusa de Ucrania.

Esto supone un giro con respecto a la política que seguía el Gobierno nipón tras el desastre de Fukushima de 2011. A raíz del accidente nuclear, Japón introdujo medidas más estrictas, se redujo la vida útil de los reactores hasta los 40 años y abandonó la idea de construir nuevos reactores o reemplazar los antiguos. 

Otro punto en desacuerdo tras la conclusión de las reuniones en Sapporo es el vertido al mar del agua contaminada y tratada que se acumula en la central nuclear de Fukushima y tendrá lugar entre la próxima primavera y el verano, a pesar de la oposición de los pescadores locales. 

"Tenemos un respeto profundo por los esfuerzos del Gobierno japonés, pero no podemos dar la bienvenida al vertido de estas aguas", dijo hoy Lemke.

El texto firmado hoy también hace referencia a este vertido y asegura que se llevará a cabo "de conformidad con las normas de seguridad y el derecho internacional sin causar daño a los seres humanos y al medioambiente".

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