José Ángel Pineda-Pardo es uno de los investigadores que forman parte del Centro Integral de Neurociencias AC HM Cinac, que dirige el profesor José A. Obeso, y que han demostrado recientemente la viabilidad y seguridad de la introducción de terapia génica (vectores virales) en el cerebro de primates para tratar a pacientes con la enfermedad del Parkinson.
Además, los resultados de esta investigación acaban de ser publicados por la prestigiosa revista científica Science Advances, cuyos autores principales han sido los investigadores de HM Cinac el doctor José Ángel Pineda-Pardo y el doctor Javier Blesa y pertenecientes al Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Enfermedades Neurodegenerativas (Ciberned) dependiente del Instituto de Salud Carlos III. En el estudio también han participado científicos de la Universidad de Kyoto (Japón).
“La investigación consiste en poner en práctica una técnica de ultrasonido a baja intensidad que permite la apertura de la barrera hematoencefálica abriendo la puerta a nuevos escenarios. Un punto de partida para futuras aplicaciones de ensayos también a otras enfermedades neurodegenerativas y tumores”, explica el doctor José Ángel Pineda-Pardo.
De esta forma, gracias a esta técnica, se podría acceder a determinadas zonas del cerebro para liberar los fármacos, que de otra manera sería imposible. “Sabiendo cuáles son las regiones más vulnerables se podría liberar anticuerpos y proteger una región concreta”.
“Los vectores virales que se utilizan tienen un tamaño muy elevado y son incapaces de adentrarse de forma natural en esa barrera, mediante esta tecnología hemos validado que se podría suministrar terapias génicas al sistema nervioso central de forma no invasiva. El objetivo a futuro es llevar estas terapias génicas a la neuroprotección de las células, en el caso del Parkinson, frenar la progresión de la enfermedad. Aunque el Parkinson es multifactorial, ese sería un paso, promover la expresión de la sustancia que inhibiera al cerebro”, explica este ingeniero biomédico.
La investigación comenzó a finales de 2019, y con la crisis sanitaria del coronavirus se complicó el estudio, sin embargo ha logrado salir adelante consiguiendo muy buenos resultados. En concreto, el estudio se realizó con primates y sugiere que esta administración podría generalizarse a otros vectores virales utilizados en terapia génica, aplicándose también a otras enfermedades como el Alzhéimer, la enfermedad de Huntington o la Esclerosis Lateral Amiotrófica.
Este chiclanero que estudió Ingeniería de Telecomunicaciones en Sevilla, tuvo claro desde un primer momento que su trayectoria profesional debía estar ligada a la salud, convirtiéndose finalmente en ingeniero biomédico. Con un currículum asombroso, José Ángel Pineda-pardo, dedica parte de su tiempo a estancias en distintas y prestigiosas universidades del mundo. De las enfermedades neurodegenerativas que siempre llamaron su atención y con las que está comprometido en su lucha, espera que “estemos cerca de hallar una solución. Cada año se avanza mucho en investigación, por ejemplo, con el Parkinson se ha conseguido herramientas que hace 20 años eran impensables, otorgándole una mayor calidad de vida a las personas que la padecen”.