Pese a que el descenso virtual del Málaga es una realidad desde la derrota hace dos jornadas ante la Ponferradina, seguía existiendo una remota opción a la que aferrarse: ganar los tres partidos que restaban (Mirandés, Alavés e Ibiza) y esperar que alguno de los cinco equipos a los que todavía se podía alcanzar (Huesca, Leganés, Villarreal B, Racing y Sporting de Gijón) perdiesen sus tres jornadas.
El Málaga comenzó su partido frente al combinado castellanoleonés con la victoria del Leganés en Burgos y el empate del Sporting ante el Oviedo en el derbi asturiano. Los de Pellicer hicieron los deberes y ganaron 2-0 a un Mirandés que ya no se jugaba nada.
Más allá del optimismo momentáneo, todo saltó por los aires el domingo. El Racing ganó, mientras que SD Huesca y el filial ‘groguet’ empataron, para decepción de la parroquia blanquiazul. Con todo esto, sigue quedando un 0,1% de opciones. Más remota y rocambolesca no puede ser la situación, pero a día de hoy no se puede decir que el Málaga esté descendido matemáticamente.
El conjunto de Sergio Pellicer se encuentra a seis puntos del Sporting de Gijón, equipo con el que tiene empatado el goal average (0-0 en El Molinón y 1-1 en La Rosaleda). Así pues, dos victorias de los de Martiricos, unidas a sendos tropiezos del cuadro rojiblanco (juega fuera ante el Eibar y termina la temporada como local ante la Ponferradina) harían que todo se decidiese por la diferencia de goles, que a día de hoy es de -2 para el Sporting y de -6 para el Málaga.
En caso de persistir el empate, habría que ver quien anotó más dianas. Tampoco hay que pasar por alto que el Huesca también tiene 49 puntos ahora mismo. En un triple empate entre los tres, el equipo descendido sería el Málaga. Todo muy rebuscado, sí, pero como dice un buen amigo “el mismo trabajo me cuesta pensar que es posible que no hacerlo”.