Esta semana han dado comienzo las obras de mejora y acondicionamiento del firme de los accesos al Polígono Industrial San Pancracio, una intervención muy esperada, sufragada con fondos de la Diputación Provincial en el marco del Plan Provincial Plurianual de Cooperación a las Obras y Servicios de Competencia Municipal 2020-2023 y que, junto con la también prevista en el Río de Oro, cuenta en su conjunto con un presupuesto total de 515.302,26 euros.
Así lo puso de manifiesto el portavoz del equipo de Gobierno, Javier Villafranca, quien detalló que los trabajos se desarrollarán tanto en el acceso que va desde el cruce de la carretera de Cordobilla (CO-6225) hasta la entrada en el polígono, como en el tramo que une el polígono con la A-318 por los Huertos Familiares, en ambos casos sobre una longitud de 465 y 1.200 metros, aproximadamente.
La intervención corre a cargo de la empresa Mebisa y pretende dar respuesta a una calzada que se encuentra muy deteriorada por la enorme densidad de tráfico pesado que entra y sale del polígono a diario. De hecho en los últimos años se han agravado los hundimientos del firme, lo que ha motivo la existencia de socavones de gran tamaño en algunos puntos del firme, especialmente en la subida hacia el polígono desde el cruce con la carretera de Cordobilla.
Villafranca explicó que las obras se desarrollarán en un periodo de cuatro meses en dos fases, una primera que durará unas dos semanas, aproximadamente, en los accesos a San Pancracio, y una segunda, que serán las obras en el Río de Oro, propiamente dichas, que se acometerán en el mes de septiembre, sobre una longitud de unos 1.420 metros.
Esta actuación llevará aparejada la instalación de barreras metálicas de seguridad, captafaros, reductores de velocidad y elementos de drenaje, además de una mejora de la seguridad vial con la instalación de elementos de señalización de algunas de las curvas.
La intervención en el Río de Oro es también muy esperada por los vecinos y vecinas de Puente Genil al tratarse de una vía que conecta la zona alta y baja del municipio dando alternativa al paso tanto por la Cuesta del Molino como por el propio casco urbano. En los últimos años, la peligrosidad de esta vía ha aumentado notablemente debido tanto al incremento de la densidad de tráfico como al mal estado que presenta la carretera en su globalidad, con curvas donde apenas caben dos vehículos y con zonas donde, al mal estado de la calzada y unos arcenes inexistentes, se une la escasa visibilidad motivada por una vegetación que prolifera descontrolada en determinados puntos.