La ISAF reconoció que Ghulam Sakhi, el miembro de la Policía afgana que disparó contra los dos militares españoles y su intérprete, fue arrestado y desarmado hace un año por tener “vínculos con los terroristas”, aunque posteriormente fue puesto en libertad y se reincorporó a las filas del cuerpo policial.
Según el informe, Sakhi, autor de los disparos que acabaron con las vidas del capitán José María Galera, el alférez Abraham Bravo y su traductor, un español de origen iraní, y que fue abatido luego por los compañeros de los fallecidos presentes en el lugar, era cuñado de un “conocido terrorista de la zona”.
La Fuerza Internacional para la Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF en sus siglas en inglés), liderada por la OTAN, detalló que el policía afgano tenía claro su objetivo puesto que “no abrió fuego contra nadie más e intentó escapar tras el asalto”.
Los investigadores aseguraron que “25 minutos” después del asesinato de los guardias civiles y su traductor tuvo lugar una “violenta” manifestación en las cercanías de la base española de Qala-i-Naw..
El equipo de investigación afirmó además que los ladrillos utilizados para atacar la base fueron “apilados” en el lugar antes de que diese comienzo la protesta y que algunos manifestantes a su llegada llevaban “granadas de mano, cócteles molotov y armas”. Las fuerzas de la Policía afgana que se encontraban apostadas en el exterior repelieron el ataque.