La investigación se inició por parte de los funcionarios del Grupo de Control y Seguimiento, que disponían de informaciones que hacían sospechar que algunos familiares de los internos de Botafuegos, aprovechando el disfrute de la comunicación, intentarían introducir las mencionadas sustancias para su posterior distribución en el interior.
Asimismo, a lo largo de la semana los agentes del Grupo de Control intervinieron al interno J.A.C.M., con motivo de su vuelta de un permiso, una cantidad cercana a los 100 gramos de polen de hachís, siendo el interno puesto de disposición judicial como consecuencia de ello. En otra operación, el día 8, se detuvo a otra persona, con la droga oculta en su cuerpo.