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Notas de un lector

Hace tiempo tuve un nombre

La edición de “Los nombres que te he dado” (Fundación José Manuel Lara), reúne toda la trayectoria poética de José Mateos

Publicado: 10/03/2025 ·
12:20
· Actualizado: 10/03/2025 · 12:20
Autor

Jorge de Arco

Escritor, profesor universitario y crítico. Académico de la Real Academia de San Dionisio de Ciencias, Artes y Letras

Notas de un lector

En el espacio 'Notas de un lector', Jorge de Arco hace reseñas sobre novedades poéticas y narrativas

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La edición de “Los nombres que te he dado” (Fundación José Manuel Lara. Colección Vandalia. Sevilla, 2024), reúne toda la trayectoria poética de José Mateos (1963). Autor multifacético en cuanto a la diversidad de géneros que ha abordado en su veintena de libros publicados (ensayo, diarios, aforismos, critica literaria…), su obra lírica se aúna, ahora, de manera oportuna y propicia.

Poco después de la publicación de este volumen, el poeta jerezano confesaba en una entrevista: “Últimamente he pasado por algunas circunstancias difíciles y la muerte empezó a tomarse ciertas confianzas conmigo y a tutearme, así que me pareció que era el momento de poner en orden algunas cosas. Entre ellas, mi poesía. Necesitaba depurar y podar mi primer libro y hacer ciertos ajustes definitivos. Por otra parte, quería que el lector pudiera hacerse una idea más de conjunto, más completa y menos dispersa del misterio que he tratado de tantear y bordear en estos cuarenta años de poesía. Tengo la impresión de que todo lo que he escrito forma parte de un solo libro, un único libro por entregas”.

Al hilo de estos mimbres, puede hallarse un decir sólido, unánime en la turbación que produce el paso del tiempo, la nostalgia del ayer, la conciencia de la consciencia, los pequeños logros y fracasos cotidianos, la duración mutable del amor, la excursión a la muerte que es la vida… Una temática, al cabo, que produce tras su lectura efectos primarios, pues el sujeto poético invierte sus propias emociones y acordanzas, su propia existencia y hábito, en unos poemas que provienen de experiencias vitales yde una percepción abarcadora de la realidad múltipleque nos circunda: “Han pasado muchos años./ Fue una tarde de domingo:/ quise buscar a mi padre/ y me alejé del camino (…) Desde lejos me llamaban/ los mayores. Y, entre pinchos,/ al cabo de algunas horas,/ dieron al fin con un niño./ Ellos creen que me encontraron,/ y yo, que sigo perdido”.

José Mateos entiende la poesía como un himno sagrado, como un antídoto contra la frivolidad que es capaz de movilizar rebeldías y ahondar en la universalidad de un espacio propio y común. Por eso, su palabra canta y cuenta del anhelo, de la entrega, de la atracción… y de todo aquello que sabe a vida, a infinita belleza, a paraíso compartido cuando la ilusión resulta alcanzable.

Anota Vicente Gallego en su prólogo que “la poesía de José Mateos está llena de preguntas que no quieren verse respondidas, de exclamaciones cuyo eco nos lleva hacia una certidumbre de nada”. Y en esa forma de inquirir e inquirirse se encuentra, también, la raíz metafísica de un verbo que quiere apoderarse de cuanto tiembla, que quiere reconocerse en el fulgor del enigma humano: “Hace tiempo/ tuve un nombre,/ un nombre que no recuerdo./ Me llamaba…/ como todos. No sé cómo me llamaba./ ¿Ansia? ¿Eco?/ ¿Vanidad?/ Algo parecido a eso”.

Los textos aquí reunidos parecieran, pues, querer salvarnos de las realidades grotescas que habitan más allá de los de perdurables desengaños,de las tinieblas de la soledad. Por eso, es muy recomendable dejarse ganar por esta hermosa alianza con el verbo, por estos versos que revelan “que el amor es más fuerte,/ que lo demás no importa”.

 

 

 

 

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