“Si el reconocimiento se traduce en que me sigan llegando buenos guiones, perfecto”, dijo la realizadora, de 52 años, a Efe.
“Lo mejor de este trabajo es rodar una buena escena, captar un buen momento entre los actores. Cada película me produce momentos de extremo placer y ver cómo fluye el resultado final gana a cualquier otra cosa”, añadió.
Veinte años. Dos personas. Un amor inmarchitable. Esa es la premisa de One Day. Tras pasar juntos el día de su graduación, Emma (Hathaway) y Dexter (Sturgess) comienzan una amistad que durará toda una vida. Ella, joven de clase trabajadora, idealista y con ambición para cambiar el mundo; él, de familia rica, un tipo encantador que ve el mundo como su patio de recreo.
“Que la gente llore y se emocione significa mucho para mí”, admitió Scherfig. “A veces yo misma me emociono y me río mucho durante el rodaje, pero parte de mi trabajo es mantener la calma y dominar mis emociones, procurar que la historia no sea sentimental. Trato de no involucrarme emocionalmente; ese es el trabajo del publico, no el mío”, manifestó.
Scherfig apuesta en One Day por una estructura muy particular, al revisar la relación entre esas dos personas a lo largo de 20 años y siempre cada 15 de julio, el día en que se conocieron. Así el espectador descubre los momentos claves de esa relación, ya sea juntos o separados, a través de sus peleas, sus esperanzas y sus oportunidades perdidas.