La decisión podría anunciarse esta primavera, según avanzó, en declaraciones a Efe, Augusto Silva, director general de Terapias Avanzadas y Trasplantes del Ministerio de Sanidad, y presidente de la Cnrha.
Una comisión técnica, asesorada por expertos en reproducción, genética, oncología, bioética y otras disciplinas, trabaja en un informe sobre la conveniencia o no de ampliar el Diagnóstico Genético Preimplantacional (DGP) a estos casos, que estudiará la Comisión Nacional de Reproducción Asistida en su próxima reunión.
De ser favorable, la decisión de la Cnrha, organismo asesor del Gobierno y las Comunidades Autónomas en esta materia, implicará revisar los supuestos que marca la Ley de Reproducción Asistida de 2006, que autoriza la selección de embriones en base a tres criterios: enfermedad hereditaria grave, precoz y de difícil tratamiento.
Hay enfermedades muy claras a las que ya se aplica. El problema es interpretar si otros síndromes, como el de mama o colon, se ajustan a estos criterios.
“Aunque el cáncer de mama es una enfermedad grave, no es precoz en el sentido estricto”, la posibilidad de transmitir la enfermedad con los genes implicados (BRCA-1 y BRCA-2) “no es del cien por cien”, y “es tratable”, explica Augusto Silva, pero el tratamiento no siempre implica curación.
El otro problema –añade– es que implantar estas técnicas en el sistema público sanitario conlleva un enorme coste económico, y son los responsables sanitarios de cada Comunidad Autónoma los que tendrán que decidir si pueden afrontar el gasto.
Habrá que analizar caso por caso, evaluar el riesgo de transmisión del tumor y la relación coste/beneficio, indica el presidente de la Cnrha.
“Si hay claramente una historia familiar de cáncer de mama muy directamente implicado con una mutación asociada a un BRCA-1 y BRCA-2 habrá que valorar la capacidad de generar un bebé sano, aunque cueste y la eficacia de la implantación sea baja, porque va a tener unas garantías de vida radicalmente distintas”, añade Silva.
El tumor de colon, asociado a una mutación del gen APC, o el síndrome de Li-Fraumeni, que predispone a contraer carcinomas múltiples, podrían prevenirse también con estas técnicas, entre otros cánceres hereditarios, que representan entre un 5-10% de todos los tumores, según datos la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
La técnica, que consiste en extraer un embrión, aislar una célula, analizar si tiene o no la mutación genética, “al detalle y en poco tiempo para poder reimplantar el embrión sano”, explica el presidente de la Crha, “no es nada fácil”.