La hermandad del Perdón no pudo terminar mejor una parte de su historia; larga historia que este año cumple el 300 aniversario de la bendición de la talla de su Santísimo Cristo. Con tal motivo, la cofradía del Miércoles Santo arcense llevó a cabo con éxito la salida procesional extraordinaria de su titular, desprovisto en su paso de las también sagradas imágenes habituales, es decir, la de María Santísima de la Piedad y San Juan Evangelista. No obstante, el desfile recordó inevitablemente al Miércoles Santo por la imagen que los arcenses conservan en la retina de la memoria.
Antes de la salida, la hermandad celebró solemnemente una eucaristía en la Basílica Menor de Santa María de la Asunción con la presencia y participación del obispo diocesano, José Mazuelos, y con la asistencia de varios sacerdotes, entre ellos los nuevos diáconos arcenses. La misa transcurrió con un sentido distinto al habitual, también ante una notable representación de las hermandades de Arcos, tanto de penitencia como de gloria; de la Corporación municipal con su alcalde, José Luis Núñez, al frente, y de otras instituciones como por ejemplo el colegio La Salle o la asociación parroquial de María Auxiliadora. Igualmente, no pudo faltar la representación del Consejo Local de Hermandades y Cofradías con su presidente, Manuel Camarena, a la cabeza.
Durante la homilía, el obispo dio cuenta de la importancia que tienen estos 300 años de historia para la hermandad como un símbolo de la pervivencia en el tiempo de fe en Cristo y del esfuerzo colectivo de una corporación por mantener viva esa fe y una serie de valores. Por ello, animó a los hermanos del Perdón a seguir unidos en el amor en Cristo.
La procesión, como cada Miércoles Santo, dejó en las calles a la eterna imagen del Cristo crucificado, pero también novedades como la escolta de la Policía Nacional delante del paso de misterio. Hermanos y feligreses portaron cirios para, una vez entrada la noche, iluminar la procesión. El acompañamiento musical corrió a cargo de la banda de cornetas y tambores de la hermandad de las Tres Caídas, cuya calidad se dejó notar en la interpretación de las marchas.
El paso se mostró con sus habituales claveles rojos y lirios morados a los pies de la cruz, y con su característico color madera a la espera de la operación de dorado que tiene pendiente la cofradía.
A pesar de las elevadas temperaturas de la tarde del domingo, el público fue muy numeroso, especialmente durante la salida y en la calle Corredera, la cual lució banderolas conmemorativas de la procesión para darle mayor realce y solemnidad a la cita cofrade. Sin embargo, quizás hubiera más público durante el regreso al templo del paso, ya con un ambiente más agradable en las calles con la caída de la noche.
Especialmente feliz y contento se pudo ver al hermano mayor del Perdón, José Carlos Moreno, después de haber culminado exitosamente el desfile penitencial, a sabiendas de que el pueblo respondió ante un hecho tan insólito. Asimismo, es de justicia destacar el trabajo de los costaleros y sus capataces, José Raúl Zarzuela y Damián Mázquez, y el orden y decoro con que transcurrió la procesión.
La hermandad del Santísimo Cristo del Perdón siente este día como un punto de inflexión en su historia y como el colofón al amplísimo programa que ha desarrollado durante los últimos meses con motivo del aniversario, el cual también contó con una mención especial durante la gala institucional del Día de Andalucía por parte del Ayuntamiento de la ciudad.