Dice el dicho popular que cada uno cuenta la feria como le ha ido. No sabemos cómo les habrá ido a ustedes, pero en cualquier caso la Feria de San Miguel ha sido de nuevo el lugar de reunión de amigos, familiares o compañeros en torno a una caseta.
En cuanto a la seguridad, la mayor parte de las incidencias han estado relacionadas con el aparcamiento de vehículos y el tráfico. No obstante, la de 2012 ha sido una de las ferias más tranquilas que se recuerdan, aunque, por si acaso, el dispositivo de seguridad estaba preparado y bien reforzado. Entre las escasas incidencias, algunos menores resultaron heridos accidentalmente en la zona de las atracciones, como una niña que se cortó en un brazo.
Curiosamente, la Policía Local tan sólo ha practicado una única detención, tratándose de un delincuente habitual que al parecer estaba “metiendo la pata” en una caseta. En este sentido, no se han registrado las reyertas de otras ocasiones, por lo que desde la Policía se entiende que se ha respetado al prójimo y el llamamiento al orden y a la convivencia. También la juventud ha respetado en líneas generales la norma de no entrar en el recinto ferial con botellas.
La clausura de la feria fue también una jornada muy animada y de claro tinte familiar. Como dato significativo, tal fue la avalancha de público que llegó un momento, a eso de las nueve de la noche, donde apenas había una mesa libre en las casetas para tomar una copa o reunirse con la familia. Y es que el domingo fue un día de prodigioso sol que ayudó al lucimiento de la feria en las primeras horas de la tarde. Igualmente, la zona de atracciones permaneció más animada que los días anteriores, como también los puestos de turrón y otros quioscos aprovecharon para vender los últimos lotes de feria y posiblemente los últimos lotes de la temporada, pues con la de Arcos se cierra el ciclo de ferias de la comarca. No hubo fuegos artificiales como se anunció, pues el Ayuntamiento ha tenido a bien con ese dinero ayudar a las familias humildes.