La acusación particular ha pedido 296 años de cárcel, y la Fiscalía nueve años y cinco meses, para el hombre de 70 años acusado de intentar hacer volar en el verano de 2009 y por medio de bombonas de gas butano y gasolina un bloque de 12 plantas en el barrio de Las Naciones, resultando afectados cerca de 30 vecinos, entre ellos un menor de cinco años y otro de cuatro años y una mujer embarazada.
De este modo, y según han informado a Europa Press fuentes del caso, la acusación particular pide para el acusado, Rafael P.P., 15 años de prisión por cada uno de los 19 presuntos delitos de intento de asesinato con la agravante de alevosía; diez años de cárcel por un delito de estragos, y un año de prisión por un delito de lesiones.
De su lado, el Ministerio Público pide para el acusado nueve años de prisión por un delito de incendio; cinco meses de cárcel por un supuesto delito de lesiones, y el pago de 1.260 euros por siete faltas de lesiones, así como el pago de una indemnización de 238.950,77 euros por los daños causados en el inmueble y de 3.000 euros a cada uno de los afectados por los daños psicológicos causados.
En su escrito de acusación, consultado por Europa Press, el fiscal relata que los hechos tuvieron lugar a las 4,00 horas del 17 de julio de 2009, cuando el procesado, "motivado por los numerosos problemas que había mantenido con otros habitantes" del bloque, preparó dos habitáculos con escape de gas en el interior del edificio, todo ello "sin que conste tuviera la directa intención de atentar contra la vida de ninguno de ellos, pero con claro desprecio a los perjuicios que se pudieran producir".
ARTEFACTOS INCENDIARIOS DE FABRICACIÓN ARTESANAL
Seguidamente, colocó "de forma estratégica" hasta nueve artefactos incendiarios de fabricación artesanal, para lo que empleó latas de disolvente, botellas de gasolina y papel de periódico, para a continuación abrir los reguladores de las bombonas de butano que, igualmente, había colocado en el edificio, concretamente una de ellas en el cuarto de contadores y otras en su propio domicilio.
El acusado, de este modo, "dejó escapar el gas", para posteriormente y de manera previa a salir del inmueble, "prender fuego a los artefactos incendiarios situados en la planta baja, lanzando una botella de gasolina en el cuarto de contadores", provocando con esta acción que el gas alcanzara el límite de inflamabilidad, "produciendo la deflagración y el consiguiente incendio".
Añade el fiscal que el incendio "supuso un grave riesgo para la vida o integridad de las personas, algunas de las cuales resultaron afectadas, así como numerosos daños materiales". De este modo, cerca de 30 vecinos resultaron afectados por inhalación de humo, quemaduras, policontusiones o crisis de ansiedad.
MIEDO, TRISTEZA, HIPERVIGILANCIA....
Algunos de los vecinos sufrieron, desde el punto de vista psicológico, miedo por que se produzcan hechos similares, tensión interna, pesimismo, tristeza, estado de alerta y de hipervigilancia, sensación de inseguridad, o pérdida de interés por sus aficiones. Los daños causados en el edificio perteneciente a la comunidad de propietarios y a las viviendas particulares han sido pericialmente tasados en 238.950,77 euros.
El acusado, en el momento de los hechos, presentaba un trastorno paranoide de la personalidad, junto a un trastorno de ideas delirantes de tipo persecutorio, que "si bien no afectaba a su capacidad de conocer, sí afectaba a su capacidad de actuar según lo conocido", por lo que el fiscal pide aplicar en este caso la eximente incompleta debido a dicho trastorno.