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Sevilla

Absuelto de violar a su sobrina de 11 años

El tribunal señala que el relato de la menor era “impreciso” y “poco coherente”

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La Audiencia Provincial de Sevilla ha absuelto a un hombre de 65 años de edad de violar a su sobrina de 11 años de edad durante cuatro años porque el relato de la entonces menor "es impreciso, falto de detalles y poco coherente", según la sentencia consultada por Europa Press.

   En el juicio celebrado el pasado mes de noviembre de 2012, tanto el Ministerio Público como la acusación particular pidieron para el acusado, Antonio L.B., ocho años de prisión por un delito de agresión sexual, mientras que la defensa solicitó su libre absolución y, subsidiariamente, la nulidad por infracción de los principios de contradicción y acusatorio.

   Fue el 6 de julio de 2004 cuando la madre de la entonces menor de edad denunció al acusado, tío paterno de su hija, acusándole de que en varias ocasiones le había realizado tocamientos libidinosos, la última vez el 4 de julio en una vivienda de Punta Umbría, cuando la niña pasaba con su padre, del que estaba separada, el fin de semana.

   Tanto el fiscal como la acusación particular sustentaron su imputación en el testimonio de la víctima, que consideraban "creíble" por la propia "coherencia" del relato, la falta de interés en el procedimiento y la ausencia de animadversión hacia el procesado, "tío paterno pero que casi ejercía la función de abuelo".

   Además, la pericial del Equipo de Evaluación e Investigación de Casos de Abuso Sexual (EICAS) concluyó que el testimonio de la menor "resulta probablemente creíble", mientras que el médico "constata la presencia en la menor de lesiones compatibles con los hechos denunciados", añade la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial.

   La Audiencia añade que las personas que se encontraban en la vivienda, como son el acusado, su esposa, la menor y su padre, "relatan de forma bastante coincidente el incidente" acaecido el 4 de julio "y sólo difieren en lo que ocurrió" en el dormitorio del imputado.

   Así, la afectada le dijo a su tía que el imputado le había violado, pues "la agarró y, con las manos, la tocó por arriba y por debajo de su ropa interior, como había hecho en muchas otras ocasiones desde hacía unos cuatro años".

   La Audiencia dice que, frente a lo que dicen las acusaciones, el tribunal advierte que el relato de la menor "es impreciso, falto de detalles y poco coherente", añadiendo que "es cierto que en el momento en que se denunciaron los hechos la menor tenía 11 años y ello podría justificar una cierta limitación verbal, pero hoy ya es mayor de edad y no existe justificación para ello".

EL RELATO, "FALTO DE DETALLES"

   Así, "en ningún momento ha manifestado que ya no recordara los hechos, de hecho los sigue recordando, sino que el relato está falto de detalles en aquellos momentos esenciales de los tocamientos, como la forma de realizarlos, lugar, ocasión, y manifestaciones del procesado o suya".

   A juicio de la Audiencia, la presunta víctima narró los hechos "de forma uniforme y monótona, y no siempre coherente, porque en el juicio oral aportó un dato nuevo, y es que en la última ocasión los tocamientos fueron por debajo de la ropa interior, cuando antes siempre había declarado que los hacía por encima".

   Igualmente, "y siendo un dato muy relevante e imposible de olvidar, la menor no explica cómo le causó el procesado" una lesión en la mano, "ni tampoco lo hizo el forense", lo que "habría sido lógico si la estaba examinando al día siguiente de ocurrido el incidente".

   Asimismo, "debemos destacar que la menor le dijo a su tía que había sido violada; desde luego no sostenemos que sea motivo para cuestionar la credibilidad del testimonio que no calificara jurídicamente con precisión la acción que debía haber sufrido, pero resulta extraño que una niña de esa edad se decante por definir lo que le había pasado como una violación, y que no diga que su tío la había tocado, sin necesidad de mayores precisiones terminológicas".

DIBUJO CON LOS "ATRIBUTOS SEXUALES DE UN MACHO"

   Al hilo, dice que "no parece muy congruente" que las acusaciones sustenten la credibilidad de la afectada "en su ignorancia sobre las actividades sexuales, cuando reconoció en el juicio ser la autora de un dibujo que plasma con bastantes datos un acto sexual y los atributos sexuales de un macho".

   Igualmente, "su comportamiento tras el incidente fue absolutamente normal, sin sufrir las alteraciones propias que se suelen producir tras vivir un incidente tan penoso y duro para un menor como el denunciado", mientras que su madre "tampoco advirtió comportamientos extraños en la menor, siendo su rendimiento escolar bueno".

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