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San Fernando

La Real Academia de San Romualdo homenajea a Isabel González César

La ex funcionaria municipal lo hizo extensivo al ex director de la Casa de la Cultura, José González Barbas, a quien los avatares políticos privaron del reconocimiento debido.

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La Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes de San Fernando homenajeó este viernes a la que fuera administrativa ‘voluntaria’ de la entidad, Isabel González César, con motivo de su jubilación como funcionaria municipal de la Fundación de Cultura.

El acto lo abrió el académico Juan García Cubillana, decano de la entidad cultural, quien hizo un recorrido por las diferentes sedes de la Academia de San Romualdo, siempre precarias, hasta la llegada a la Casa de la Cultura donde el relato engarzaba con la presencia de Isabel González y su diligente trabajo. Cubillana terminó agradeciendo a Isabel González César su ayuda inestimable a lo largo de muchos años.

El también académico Jerónimo Prieto Pontones se encargó de proyectar el pasado de la actual sede de la Academia, el edificio de la calle Gravina, 30, desde sus orígenes hasta la actualidad, finalizando igualmente con el agradecimiento a Isabel por su ayuda.

La más emotiva de las intervenciones, de mujer a mujer, fue la de la secretaria de la Academia de San Romualdo, Adelaida Bordés Benítez, que retrató a la ex funcionaria municipal como a una mujer capaz de solucionar cualquier problema sin involucrarse, con un dominio que la diplomacia que no estaba, ni está, reñido con su autoridad en todo lo referente a la Casa.

“Lo que más echaremos de menos será tu risa que sonaba como un aviso, como una campanada, un estallido que despejaba la mente de quien te escuchaba. Porque las carcajadas volaban aunque la vida te estuviera golpeando. Tu fortaleza te educó para repartir los momentos del día y sufrirlos o disfrutarlos según se presentaban. Tu sencillez, tu espontaneidad y tu sinceridad han sido el escudo y las armas que el trabajo te ha proporcionado, además de la máquina de escribir y el bolígrafo con que caligrafiabas tus inconfundibles notas”.

“Te echaremos de menos, Isabel, y sin embargo estamos alegres porque nos quedan tu presencia y tu amistad”, dijo Adelaida Bordés al final de su intervención en la que desgranó la ayuda de Isabel González en sus primeros pasos como secretaria de la Academia.

El presidente de la Real Academia, José Carlos Fernández Moreno, realizó el doble papel de orador y maestro de ceremonia, recordando sus primeros años como escritor, su relación con el desaparecido José González Barbas, que fuera director de la Casa de la Cultura, y obviamente, su relación con Isabel, “Isabel la de Cultura”.

Fernández Moreno llamó a la junta directiva de la Academia al escenario de la Casa de la Cultura para recibir posteriormente a Isabel González César, a la que entregó un obsequio como recuerdo del acto, un ramo de flores y terminó imponiéndole un alfiler con el escudo de la Real Academia de San Romualdo de Ciencias, Letras y Artes.

Isabel González tomó la palabra para agradecer el homenaje y recordar que todo lo que había hecho obedecía a su condición de funcionaria pública que se debe a la gente, y aseguró que le habían alabado demasiado.

En su breve intervención dijo esperar que al menos haya cosechado el afecto de la gente que la ha tratado y como algunos se esperaban, rindió su participar homenaje -secundado por los presentes- al desaparecido director de la Casa de la Cultura, José González Barbas.

González César quisó que su homenaje fuera también el de él porque se lo merecía, aunque no se le rindió en su tiempo por los avatares de la política. Y en un lugar discreto, su esposo, Antonio Espiau, acompañándola junto a su hija Sofía, en este reconocimiento a una mujer buena.

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