No es cuestión de perder, sino de competir. Lo que precisamente eludió el Sevilla el pasado sábado en el Bernabéu, cuando además parecía que llegaba en el mejor momento ante un equipo, el de Mourinho, timorato y nervioso por los últimos resultados. Pero los nervionenses cumplió con su costumbre anual cuando visita el feudo madridista, caer derrotado, y de paso dejó claro que sólo un camino mantiene la esperanza de todo el sevillismo en una temporada tan mediocre que ni sitúa aún a esta alturas a los rojiblancos entre los diez primeros.
Con la Liga medio salvada, pensar en otras opciones que no sea alcanzar toda una final de la Copa del Rey es casi inevitable, al menos para el aficionado sevillista. El gol, uno sólo, siempre que no recibiese algún otro en contra, es el único gran remedio capaz de curar la enfermedad de un equipo instalado en la mediocridad durante los últimos años. Ganar y eliminar al Atlético de Madrid no sólo conllevaría alcanzar una final y el pase a la competición europea, sino que además cambiaría la vida del Sevilla.
Y eso que el sábado muchos confiaban en hincarle el diente al Real Madrid y engancharse así a la zona noble de la tabla, aunque la derrota se reflejaba en casi todos los pronósticos pero existen mil formas distintas para perder y saber excusarse. En su análisis más profundo, el material y circunstancias que viene propiciando la defensa a lo largo de toda la temporada hay que mirárselo de una vez por todas.
Cuando mejor parecía que trabaja este equipo la faceta defensiva llega y en el Bernabéu regala dos goles y medio a un equipo que tiró a portería cinco veces. Ni el Madrid, ni el Granada. No es excusa, una vez más, perder un partido por deméritos más que por méritos del rival.
Con una derrota y, tal vez, una buena secuela, el Sevilla regresa a lo cotidiano con la necesidad de seguir enchufándose a través de la Liga y aunar fuerzas con su afición con la única misión de prepararse para el partido más importante de los últimos años. El 27 de febrero, la fecha.
Negredo y sólo Negredo
No hay otro. Es el llamado a marcar las diferencias arriba. No estuvo nada fino, otra vez, en el Bernabéu, Pese a todo, este año suma sus mejores guarismos como sevillista.
Rabello, sin jugar a causa de Stevanovic
El bosnio, aparte de no estar ofreciéndole garantías al banquillo del Sevilla, ahora es la gran piedra que frena la escalada del flamante Rabello. El chileno tendrá que esperar a la ficha comunitara del extremo para jugar y apunta para largo.
Encajó lo mismo que en seis partidos
Está siendo la medicina de Unai desde su llegada, cortar por lo sano la auténtica sangría de goles en contra que venía recibiendo. Pero con los cuatro tantos del Bernabéu, el equipo ha encajado los mismos que en los anteriores seis encuentros.
Babá no suma ya ni para dar descanso
Con el 4-0 era el momento de dar descanso a jugadores que como se resfríen el equipo se verá en un grave problema. Pudo salir Babá por Negredo, pero en el senegalés no gana ya enteros ni cuando se le precisa.
Alberto Moreno, la nota discordante
Disfrutó de minutos Alberto Moreno en el Bernabéu. Pero tras el choque, decidió publicar una foto en Twitter con la camiseta de Ronaldo, “feliz por la noche vivida”. No sentó bien y el canterano tuvo que rectificar.
