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Sin gol no hay paraíso (0-0)

El Betis echó de menos el olfato goleador de Rubén Castro aunque mereció mejor premio por juego y ocasiones frente un timorato Valladolid que no tiró a portería

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Empate sin goles del Betis ante el Valladolid en un choque intenso que los verdiblancos no supieron redondear con el triunfo. Amaya y Rukavina acabaron expulsados. Los de Mel merecieron más por juego y ocasiones.

Con las alineaciones esperadas saltaron tanto béticos como blanquivioletas al césped del Benito Villamarín. Ambos equipos arrastrando bajas sensibles. La que más, Rubén Castro, que apoyó en todo momentos a sus compañeros desde la grada del estadio de Heliópolis.

Desordenado y sin las ideas claras de cómo atacar al conjunto pucelano; mejor posicionado en el campo, arrancaron los primeros minutos del cuadro bético. Tan aparatoso como el vendaje al que tuvo que ser sometido Beñat a los siete minutos de partido tras un codazo eso sí; de manera involuntaria, por parte de Sereno que obligó al vasco a retirarse momentáneamente para ser atendido.

El Betis llegaba con cierta facilidad a las inmediaciones del área rival. Mientras Pabón y Campbell buscaban la profundidad con velocidad y pegada desde fuera del área; Beñat con un golpeo prodigioso de volea que Dani Hernández acertó a despejar con problemas, a punto estuvo de hacer el primero de la noche en el 20 de la primera parte.

Las dudas en la defensa del bloque de Djukic y la inseguridad que transmitía en cada balón aéreo o salida en falso no era aprovechada por los locales que fallaban justo en los metros decisivos finales. Pero la efectividad de cara al marco adversario brillaba por su ausencia. La sombra de Rubén Castro se echaba sin duda alguna en falta. Tablas sin goles al descanso y todo por decidir en el encuentro.

A la vuelta de vestuarios, la intensidad del cuadro verdiblanco no cejaba en su fuerza frente a un conjunto pucelano contemplativo con el paso de los minutos sabedor de la escasa eficacia de cara a gol a pesar de la buena imagen que los de Mel estaban dando en líneas generales.

Beñat se hacía amo y señor en la medular jugando al nivel que se le demandaba. Después de un impás inicial, las mejores ocasiones llegaron a partir del cuarto de hora de la segunda parte. Molina, en una desafortunada noche, remataba en el 16 un saque de esquina en el primer palo que sólo los dedos salvadores del meta vallisoletano evitaron un gol casi cantado. Campbell la tuvo a continuación en un auténtico jugadón en la frontal de toque entre Beñat, Molina y Nono que Campbell no acertó ya dentro del área a rematar debidamente a portería. Su tiro cruzado se perdió por línea de fondo. Los mejores minutos del Betis.

A quince del término del choque, Rukavina de manera injusta, vería la segunda amarrilla. Cambios en ataque por parte de Mel dando entrada a Juan Carlos y Molins.

La tendría otra vez Molina que no acertó a marcar en el segundo palo, un centro chut cuando tenía a Dani superado. Por si fuera poco, tras un susto de Javi Guerra que Amaya, inconmensurable, desvió a tiempo; en el descuento Campbell de cabeza tras fallo del portero pucelano y cuando se cantaba el gol. Rubén Peña bajo palos sacó con la testa a córner. Un empate sin goles que se consumaba con la expulsión tonta de Amaya cuando tocaba el pitido final.

El gozo de la afición verdiblanca en un pozo. El punto sabe a poco. Toca ya pensar en el Espanyol, próximo rival el domingo en Cornellá.

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