Los voluntarios recibieron primeramente una sesión teórica en las instalaciones portuarias y se les mostró la zona de descontaminación por parte de Brightside, una firma gibraltareña envuelta en los trabajos de limpieza del combustible.
Un dedicado equipo de voluntarios se encargó de retirar las piedras recubiertas de aceite del vertido en la playa de Little Bay y reemplazarlas por material limpio y descontaminado. También se realizaron labores similares en la zona de Camp Bay.
El grupo visitó asimismo Rosia Bay, una de las costas más afectadas donde se están utilizando equipos especializados para eliminar el combustible.
La experiencia, a criterio del ESG y los voluntarios, fue como siempre gratificante y concluyó con la llegada de comida para todos.
Se espera que los voluntarios puedan seguir participando en operaciones similares a lo largo de las próximas semanas.
Señala ESG que tomar parte en este tipo de labores hace ver la realidad que existe tras la polución con combustible y muestra lo importante que es evitar similares o peores incidentes en el futuro.
La pasada semana, una quincena después del temporal que azotó la zona, el Environmental Safety Group (ESG) quiso presentar una serie de consideraciones que estima son de gran interés público. La primera de ellas fue obviamente reiterar su agradecimiento a todas las personas que llevaron a cabo su trabajo en unas condiciones tan adversas.
Con relación a la recogida de vertidos contaminantes y operaciones de salvamento, el grupo ecologista gibraltareño consideraba que a su parecer las labores están en las mejores manos posibles.
El ESG instaba al Gobierno a hacer públicas sus intenciones para hacer frente a estas situaciones y ofrecer un plazo para la implementación de mejoras, como el sistema VTS y las regulaciones de la zona este.
Los controles portuarios transfronterizos, destacaba el grupo, deberían ser prioritarios en todos los encuentros políticos de los gobiernos español y británico y en las conversaciones tripartitas. "Una gran colisión o el accidente de un buque con miles de toneladas de crudo, son riesgos que deben evitarse. Los efectos en la salud de los residentes y su calidad de vida, el turismo, la pesca, restaurantes, ocio y zonas recreativas, serían devastadores y el área tardaría años en recuperarse", sentenciaba el ESG.
Para el ESG, si se comenzaran a considerar los impactos que tendría un gran vertido de combustible, el asunto sería llevado con toda seguridad a lo más alto de las agendas políticas y gubernamentales. El grupo, junto a GONHS y Agaden presentó al Gobierno esta semana un dossier de tomas medioambientales para que se abordaran en el Foro de Diálogo.