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Jaén

Acusado de asesinar a su exmujer asegura que "lo agredía" y buscaba para "pedirle dinero"

Responde "solo a preguntas de sus abogados"

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F.J.M., el torrecampeño acusado de asesinar a su exmujer, Purificación, en marzo de 2011, ha asegurado que la víctima "lo agredía físicamente delante de la gente" y que le buscaba para "pedirle dinero", como, según ha afirmado, hizo el día en que tuvieron lugar los hechos en un bar de la localidad, según ha declarado en la vista oral que acoge desde este lunes la Audiencia Provincial de Jaén con jurado popular.

   El procesado, que se ha negado a responder a las preguntas del Ministerio Fiscal, de la acusación particular --que representa a la madre de la fallecida-- y de las letradas del Estado y de la Junta de Andalucía, ha señalado que la víctima "le daba puñetazos, ocasionándole hematomas en los ojos y en el resto del cuerpo" y que incluso "lo llegó a tirar de la silla". Ello conllevó que la denunciara y le impusieran a ella una orden de alejamiento, a pesar de lo cual "la incumplía y lo llamaba".

   Igualmente, F.J.M. ha aludido a su adicción al alcohol y las sustancias estupefacientes, apuntando que "desde pequeño" bebe alcohol y que cuando tuvo lugar el suceso se encontraba ebrio y drogado, pues, según ha argumentado, acababa de llegar de las Fallas de Valencia --era feriante--, se había traído consigo drogas y se había ido al bar a ingerir alcohol.

   Ese día, el 21 de marzo de hace ya dos años --horas antes de los hechos--, su exesposa bebió junto a él en el local, recordando exactamente lo que bebió ella, pero no lo que bebió él, algo que la fiscal, Gracia Rodríguez, ha destacado en el momento. Tras ello, "volvió a su casa, se acostó y más tarde llegó su exmujer, que se metió en la cama con él y empezaron a forcejear", aunque de lo que pasó a continuación tiene ideas "confusas".

   Preguntado por uno de sus letrados "si intentó esconder algo" tras lo sucedido, ha contestado que "en ningún caso", sino que más bien llamó a la Guardia Civil y como no cogía el teléfono salió a la calle y "empezó a buscarla sin éxito", con lo que se dirigió al Ayuntamiento para hacérselo saber a la Policía Local. Según ha recordado, dijo que "había pasado en su casa algo, que Purificación estaba allí, pero que no se acordaba de más porque estaba borracho". 

   En esta línea, F.J.M. ha manifestado que ha estado "sometido a varios programas de drogadicción de ONG", no concluyendo ninguno de ellos por "problemas depresivos y con su familia". "Me he intentado matar y me llevaron al psiquiátrico", ha añadido, antes de señalar que "mis amigos me dicen que cuando bebo no soy el mismo y me dan consejos" y reconocer haber "agredido a miembros de mi familia".

   Al ser preguntado por su conocimiento acerca de la minusvalía psíquica del 46 por ciento que poseía la víctima, ha señalado que "no se había enterado de nada" y que la veía como "una persona normal". Al hilo, ha mencionado que "trabajaba en una casa de citas" y que "tuvo tres hijos de tres hombres diferentes", no conviviendo con ninguno de sus hijos.

   Finalmente, el procesado ha querido mostrar su "arrepentimiento" a la familia, asegurando que "lo siente de corazón" y ha indicado que sufre "pesadillas". Del mismo modo, ha reconocido que tiene que "pagar" por lo que hizo, aunque es "un enfermo", ha aseverado.
SIN SÍNTOMAS DE EMBRIAGUEZ

   Por su parte, el agente de la Policía Judicial encargado del atestado ha manifestado en la vista que "si hubiera estado muy bebido se habría apreciado". Según ha explicado, en estado "normal" relató que la mujer "se había cortado con el cuchillo jamonero y que después se le había ocurrido la tontería de ponerle un cable en el cuello para ver si respondía". También manifestó que su exmujer "a veces le pegaba" y que "se había autolesionado con el cuchillo".

   Asimismo, otro agente ha comentado que lo encontró "normal" tras lo acaecido "sin ningún efecto visible de alcohol o drogas", asegurando que el procesado le dijo que "se había bebido tres tercios de cerveza porque no tenía dinero para más". "Hablaba normal", no mostrando "arrepentimiento" ante la Benemérita. Este mismo guardia civil acudió al domicilio cinco años antes "por un incendio" que presuntamente provocó F.J.M. insistiendo en que en aquellos momentos lo vio "igual" que el día de la muerte.

   De su lado, el agente de la Policía Local que lo atendió en el Ayuntamiento tras haberla matado, ha mencionado que le dijo lo que había hecho y "que llevaba con él un macuto con ropa para que lo llevaran a la cárcel". En ese instante también hizo "gestos" relativos a cómo había dado muerte a su exmujer, señalando "un corte en el cuello" y afirmando que "le había rodeado el cuello con un cable". Este agente también ha destacado que "no olía a alcohol" y que tampoco "le notó síntoma alguno de embriaguez".

   De esta forma, ha resaltado que el acusado le dijo "que estaba muerta y que ya no lo molestaría más". Por último, el policía, que ha confirmado que conocía al acusado, ha comentado que "sabía que bebía algo, que era de los bebedores del pueblo", aunque "jamás jamás", ha incidido, "pensó que podía llegar a matar".

   Por estos hechos, la Fiscalía ha solicitado 25 años de cárcel por lo que cree un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento --utilizó cuatro armas distintas para acabar con la vida-- con la agravante de parentesco. Igual condena ha pedido la acusación particular y las abogadas del Estado y la Junta de Andalucía. En cambio, la defensa ve un delito de homicidio con la eximente incompleta de trastorno mental y las atenuantes de embriaguez y de haberse entregado, por lo que pide ocho años de prisión.

   El juicio, por el que se ha interesado un centenar de personas que ha acudido en la mañana de este lunes al Palacio de Justicia en apoyo a la familia de víctima, continúa en sesión de tarde a partir de las 16,30 horas cuando está previsto el testimonio de la madre y hermana de Purificación.

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