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Varios heridos tras enfrentarse seguidores y detractores de Mursi

El sector islamista ha denunciado que las marchas de la oposición son antidemocráticas en la medida en que van contra un líder político elegido por el pueblo

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Varias personas han resultado heridas este viernes en un enfrentamiento registrado entre seguidores y detractores del presidente de Egipto, Mohamed Mursi, en la localidad de Alejandría, después de que dos manifestaciones opuestas se encontraran en el centro de la ciudad.

   Durante la jornada, miles de personas se han manifestado en las localidades de Alejandría y El Cairo para expresar su apoyo al mandatario y "legitimar" su Presidencia de cara a contrarrestar las movilizaciones opositoras previstas para el próximo 30 de junio, primer aniversario de su llegada al poder.

   El sector islamista ha denunciado que las marchas de la oposición --que asegura que trece millones de personas han firmado una petición para que el presidente dimita-- son antidemocráticas en la medida en que van contra un líder político elegido por el pueblo, por lo que ha llamado a los seguidores del presidente a concentrarse tras las oraciones de este viernes.

   En respuesta, opositores a Mursi han convocado contramanifestaciones para criticar la actuación del mandatario desde su acceso al poder y su decisión de la semana pasada de nombrar a 17 nuevos gobernadores, siete de los cuales pertenecen a Hermanos Musulmanes.

   Las críticas por parte de las fuerzas revolucionarias contra Hermanos Musulmanes --que no se unió en un principio a las manifestaciones-- han ido en aumento debido a lo que la oposición considera como una aquiescencia por parte de la formación islamista con los elementos del antiguo Gobierno.

   Tras la llegada al poder del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas tras la salida del poder del expresidente Hosni Mubarak, Hermanos Musulmanes hizo un llamamiento al fin de las protestas y se posicionó cerca de las autoridades interinas --personificadas en el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas--, lo que fue considerado una "traición" a la revolución y sus objetivos.

   Las tensiones han aumentado a raíz la victoria en las posteriores elecciones presidenciales de Mursi y de sus medidas, que las fuerzas revolucionarias consideran destinadas a beneficiar al grupo y a impedir un progreso real en las demandas mantenidas durante las protestas en el país.

QUINTO DÍA DE PROTESTAS EN LUXOR

   Por otra parte, cientos de personas se han manifestado en la localidad egipcia de Luxor por quinto día consecutivo contra el nombramiento de Adel Asaad al Jayat, miembro del Partido Construcción y Desarrollo --vinculado a la organización salafista Gamaa al Islamiya--, como gobernador de la localidad, según ha informado el diario egipcio 'Al Masry al Youm'.

   Los manifestantes han bloqueado el paseo marítimo incendiando neumáticos para detener el tráfico y atrancando las puertas de la sede de la gobernación con cadenas.

   El nombramiento de Al Jayat ha encontrado un firme rechazo por el radicalismo de la organización y los atentados que cometió en el pasado, algunos de ellos en Luxor, y activistas y trabajadores del sector turístico de la localidad anunciaron el martes que cerrarán todos los puntos turísticos de la ciudad si no es cesado o presenta su dimisión.

   Asimismo, el ministro de Turismo de Egipto, Hisham Zaazu, presentó el miércoles su dimisión en protesta por el nombramiento. Zaazu, un tecnócrata independiente, fue nombrado al frente del Ministerio de Turismo en 2012. Anteriormente fue asesor del exministro del ramo Munir Fajri Abdel Nur.

   La oleada de protestas forzó a la organización salafista a convocar el miércoles una rueda de prensa, en la que negó categóricamente su participación en el atentado de 1997 contra el Templo de Deir el Bahari, en Luxor, que se cobró la vida de 58 turistas extranjeros y cuatro ciudadanos egipcios, del que las autoridades egipcias acusan al grupo.

   "Al Jayat nunca ha sido acusado por actos políticos ni ha permanecido encarcelado un solo día", dijo el portavoz de la formación, Jaled el Sherif. Asimismo, recalcó que el grupo ya reformuló sus políticas y rechazó sus anteriores acciones violentas en el país.

   Gamaa al Islamiya estuvo directamente implicado en el asesinato en 1981 del entonces presidente Anuar el Sadat, tras lo que Al Jayat fue condenado sin cargos a un año de cárcel.

   La organización se enraíza en el salafismo y varios de sus líderes han expresado hostilidad en varias ocasiones en los últimos años hacia los monumentos pre islámicos del país, que consideran paganos.

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