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Torremolinos

El alcalde, Pedro Fernández Montes, destaca la 'trayectoria ejemplar' de Josefa Sanso Fuentes en el 'Día Internacional de la Mujer'

Sencillo y emotivo homenaje municipal a una vecina de Torremolinos entregada siempre al trabajo y la familia

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  • Decenas de mujeres de Torremolinos se sumaron a este homenaje en el Ayuntamiento -
El alcalde de Torremolinos, Pedro Fernández Montes, resaltó la trayectoria vital de Josefa Sanso Fuentes y su ejemplo como mujer trabajadora en el sencillo y emotivo acto celebrado el pasado viernes, día 6 de marzo, en la Sala de Recepciones del Ayuntamiento con motivo de la conmemoración del “Día Internacional de la Mujer”.
Acompañado por la concejala de la Mujer, Ada Alejandra Hernández Luz, ante la práctica totalidad de los miembros de la Corporación y decenas de mujeres de Torremolinos, entre ellas la presidenta de la Asociación de Mujeres "Madame Bovary", Isabel Chicharro, que propuso al Ayuntamiento la designación de Josefa Sanso Fuentes como receptora de este homenaje, el alcalde glosó la trayectoria de esta vecina del municipio, de la que recordó primero su origen malagueño, concretamente de la localidad de Humilladero, donde nació el 6 de enero de 1927, en uno de cuyos cortijos empezó a trabajar con su padre y sus hermanas a la temprana edad de ocho años, “teniendo una infancia dura propia de la época que le tocó vivir, aquellos duros años de la posguerra”.
Pedro Fernández Montes relató que la homenajeada, “con la mayoría de edad, dejó el campo y se trasladó a Málaga, donde se puso a trabajar con la familia Gálvez hasta que el 25 de julio de 1956 contrajo matrimonio con Luis Alarcón Pinto, trasladándose definitivamente a Torremolinos y fijando su residencia en la zona de Los Manantiales, donde se encuentra el Molino de Inca”, donde residió la familia en el nacimiento de sus tres hijos: Elisa, Carmen y Luis.
“Mientras su marido trabajaba en el Cortijo de Cea y hacía la campaña de la uva en Francia –prosiguió relatando el alcalde-, Pepa, como la conocen sus amigos, trabajaba como cocinera en el colegio Medalla Milagrosa, trabajo que compaginaba con sus otros trabajos en la Papelería Govez y con el doctor Francisco de Jorge Gallardo, además, claro está, de cuidar de sus hijos y llevar su casa para adelante”, hasta el punto de que, “sin parar de trabajar”, Josefa y su esposo consiguieron en 1968 comprar un piso en El Calvario.
En su relato de la intensa vida de Josefa, Pedro Fernández Montes recordó a continuación que “tres graves accidentes sufridos por su marido, que los tuvieron postrado en la cama durante muchos meses, obligaron a Pepa a asumir la responsabilidad de mantener con su trabajo a toda la familia”, de manera que “desde la mañana a la noche, y con tres niños pequeños, todo el tiempo lo dedicaba a trabajar”, hasta su traslado, años después a la Loma de los Riscos, donde residen en la actualidad.
La primera autoridad municipal significó también que “una fuerte angina de pecho, cuando contaba con 62 años de edad, la retiró de trabajar fuera de casa, siendo para ella, una mujer luchadora y trabajadora desde muy joven, muy doloroso tener que dejar sus trabajos, especialmente en el colegio Medalla Milagrosa, al que dedicó más de 30 años de su vida”, una larga vinculación con dicho Colegio que “forjó una relación de amistad y cariño mutuo que aún hoy, 20 años después, permanece viva en la memoria de las monjas responsables del Colegio, donde Pepa fue muy querida y respetada por todas”.
“A sus 82 años –resaltó el alcalde-, y con varias anginas de pecho, sigue luchando día y noche, llevando su casa y cuidando de su marido Luis que también sufre los achaques propios de su avanzada edad, a lo que se suman las secuelas de una hemorragia cerebral y una grave pancreatitis sufrida hace unos años que le hace precisar cuidados constantes”.
Por todo ello, Pedro Fernández Montes destacó que “Doña Josefa, Pepa, es una persona muy querida por todos sus vecinos; es muy servicial, siempre dispuesta a ayudar a los demás, y siempre tiene una sonrisa y un gesto amable para todos los que la rodean, arropada continuamente por sus amigas Josefita, Concha, Ana, Sor María Antonia, etcétera, y sobre todo por sus tres hijos y por su queridísima nieta Macarena, que la quieren y a adoran porque saben lo que esta mujer ha luchado y sigue luchando por ellos.
Es éste -finalizó el alcalde- un merecido homenaje a una mujer luchadora, trabajadora infatigable, que ha dedicado y sigue dedicando su vida a trabajar”.
Un aplauso unánime refrendó el reconocimiento de los presentes a la figura de Josefa, quien, visiblemente emocionada, expresó y agradecimiento por el homenaje, en el que recibió una Placa conmemorativa del acto, así como un gran ramo de flores, además de recoger también numerosas muestras de afecto y reconocimiento de sus familiares, amigas y otros asistentes, que posaron finalmente para una foto conjunta en un ambiente alegre y de unánime afecto y admiración por Josefa.

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