Los casos de presuntos bebés robados denunciados en Huelva, y archivados por la Audiencia Provincial, tienen varios denominadores comunes: elementos dignos de sospecha encerrados en el cajón de la investigación; preguntas de los posibles afectados sin responder; y una horquilla que iba de los años 50 del pasado siglo a principio de la década de los 90. Pero hay un caso que, compartiendo las dos primeras características, se distingue porque, usando el hiperbólico dicho, sucedió anteayer: Un posible caso sucedido en 2001. El primero conocido en Huelva que se da en el siglo XXI.
Hablamos de la vivencia de Isabel Lourdes Rodríguez Figuereo, ciudadana de Isla Cristina que, en 2001, ingresó para dar a luz a dos gemelos en el hospital Infanta Elena de la capital onubense y que salió de él sólo con uno porque, al parecer, uno murió.
El relato de la historia según la afectada es como sigue. Lourdes dio a luz, a través de una cesárea, el 15 de octubre de 2001 en el citado hospital. Ella esperaba gemelos. El primero nace, y ella lo siente llorar. Tras el parto del segundo, se hace un silencio en la sala: “Se lo llevaron corriendo”, manifiesta.
Momentos después, un celador le comunica que el segundo niño había fallecido.
Hasta ahí todo entra en lo naturalmente previsible. Pero hay una serie de elementos que llenan de incertidumbre. como tantos en Huelva, el caso de Lourdes. Por un lado, la asistencia sanitaria (una cesárea) la firma un matrono, y no un ginécologo; por otro, la madre no llegó a ver el cadáver de su hijo: “A mi madre le enseñaron el niño un instante”, comenta Lourdes a Viva Huelva.
Para más elementos de sospecha, cuando el padre de la criatura va a firmar en el mostrador del hospital el parte de defunción recibe una respuesta que lo descuadra. “No tenemos constancia de ningún bebé fallecido. Váyase a tomar un café mientras preguntamos”. Al regresar, el certificado estaba listo para ser firmado y al padre le pidieron disculpas por el error inicial. La incógnita se multiplica cuando el padre comenta que están asegurados en el deceso en las compañías de seguros.
Pero en el centro hospitalario le dicen que ellos se hacen cargo de todo porque, el niño no entra en la póliza de seguro y, además, el entierro supondría más de 3.000 euros, cifra inasumible por la familia que acaba aceptando que desde el hospital se hagan cargo del enterramiento. Además, pidieron una autopsia cuyo resultado “nunca nos llegó”.
Cuando la familia, que denunció el caso el 22 de febrero de 2013, se pone a investigar (“empezamos a ver casos en los medios de comunicación y llegó un momento en que había muchas cosas que no cuadraban en el nuestro”) descubre que el niño aparece enterrado en la fosa común del Cementerio de la Soledad, espacio inultilizado desde 1990; descubre que en el registro civil no hay legajo de aborto: 
“Me dijeron que los libros de 2001 de legajos de aborto se perdieron”.
Y como guinda del pastel de las sospechas, Lourdes descubre, ahora que de nuevo está embarazada, que en el Infanta Elena no hay ningún historial médico sobre su parto de 2001: “Me dijeron que a los cinco años lo destruían, pero le dije a una amiga que parió antes que yo que pidiera el suyo y a ella sí se lo dieron”.
Con todos estos ingredientes, SOS Bebés Robados Huelva presenta este miércoles un nuevo recurso ante el Tribunal Constitucional. Es el tercero que presentan sobre casos de Huelva. En este caso por la historia de Lourdes, cargada de interrogantes y que meses después de ser denunciada fue archivada porque la Justicia onubense no vio indicios de delito: “Mi caso no se llegó a investigar, y no me quiero quedar con esta duda”, comenta Lourdes a Viva Huelva. Una vez presentado este recurso, SOS Bebés Robados Huelva queda a la espera de respuesta, como en los otros dos, para que, a diferencia del resto de España, en Huelva sí se pueda investigar.
