El Hotel Palmera -gestionado por Kross Hotels- se encuentra al borde del cierre como consecuencia de la crisis que asola al sector y que parece haberse cebado con esta cadena, cuyos establecimientos están sufriendo en los últimos meses una auténtica oleada de protestas de carácter laboral.
Fuentes sindicales explicaron ayer a este medio que en el caso concreto del hotel jerezano la plantilla espera todavía el abono de las nóminas correspondientes a los meses de septiembre, octubre y noviembre, habiéndose convocado paros a lo largo de este otoño finalmente abortados en el Sercla gracias a acuerdos con la empresa.
Con independencia del calvario que está viviendo la plantilla -integrada por alrededor de cuarenta trabajadores entre eventuales e indefinidos-, lo cierto es que la falta de suministros básicos ha obligado ya a cancelar reservas, hasta el punto de que el hotel se encuentra prácticamente sin actividad. No en vano, el complejo carece ya de suministro eléctrico, gas e internet, lo que hace inviable que funcione con normalidad, según las fuentes consultadas.
Los empleados, a pesar de todo, siguen acudiendo a sus puestos de trabajo, si bien ya han requerido la presencia de un notario que acredite que las instalaciones no reúnen las condiciones necesarias para desarrollar su labor habitual.
En estas últimas semanas el hotel ha funcionado en buena medida gracias a un generador de energía eléctrica. Sin embargo, el ruido provocado por esta alternativa generó protestas en el vecindario e, incluso, la presencia en el establecimiento de la Policía Local.
Ante este panorama, según nos relatan, todos los servicios que debían ofrecerse a lo largo del presente mes de diciembre han sido cancelados, ofreciéndose alternativas en casos determinados, como por ejemplo la celebración de bodas y similares.
Un problema del grupo
Estos problemas no son exclusivos del establecimiento jerezano -de cinco estrellas y ubicado al inicio de la calle Pizarro- sino que afectan al conjunto de la cadena hotelera. Sin ir más lejos, Kross ha planteado un Expediente Temporal de Regulación de Empleo (ERTE) en el hotel Fénix de Torremolinos, a cuya plantilla se adeudan igualmente las nóminas desde septiembre. También se ha propuesto una alternativa similar en el caso del Hotel Puerto Salud, de Roquetas.
