El traslado se hará efectivo dado que las obras prácticamente han terminado, agregó el director. Los trabajos de reparación se centraron en las estructuras metálicas y las celdas de los reclusos, que habían sufrido un importante deterioro durante los ocho años en que ha estado en marcha el centro penitenciario. De igual modo, las estancias se habían visto afectadas a causa de la humedad, detalló el responsable máximo del recinto.
El centro también ultima los detalles para la creación de un tercer módulo de respeto, en el que de entre el grupo de reclusos que pueblan los módulos se elige un representante encargado de mediar con los responsables de la prisión para resolver conflictos entre los internos y hacer llegar a la dirección de la prisión las demandas y necesidades de los presos.
En los primeros meses del año se puso en marcha, precisamente, el segundo de estos módulos de respeto, después de varias semanas de planificación y la prisión cuenta igualmente con otra instalación, en el módulo siete, llamado también libre de drogas, en el que los reclusos se someten a programas especiales de rehabilitación para dejar la adicción a sustancias estupefacientes. En el mismo trabajan, además, organizaciones no gubernamentales como Márgenes y Vínculos, o el Comité Antisida del Campo del Gibraltar, con actividades que promueven la reinserción social de los internos.
Prácticos
De igual modo, el director del centro penitenciario anunció durante esta semana la incorporación al servicio activo de 30 funcionarios en régimen de prácticas que habían sido destinados a la prisión a principios de año. Estos trabajadores han llevado a cabo hasta el momento diversas tareas en la prisión a las órdenes de un coordinador de servicio, y a partir de ahora se convierten en adjuntos, asignándose a cada uno funciones determinadas dentro de la vida de la prisión.
El módulo seis de Botafuegos se caracteriza por contar con internos que, en su mayoría, son los más reincidentes y problemáticos del penal, según fuentes penitenciarias.
