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San Fernando

Comienza el Carnaval en La Isla

El Chupinazo y los reconocimientos de las peñas abren la fiesta y la tarde-noche proclama a las colombinas, a los pierrot y el pregonero se luce.

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El Chupinazo del Carnaval marcó el inicio de los actos en el atrio del Ayuntamiento con la participación de las peñas de la ciudad. Los pollitos mi compare celebraba la XXXII Pollada Popular y entregó la llave del Carnaval a la cantante Niña Pastori, quien precisamente acababa de llegar de Algeciras del entierro de Paco de Lucía, por lo que tras la entrega del galardón por parte de José Roa, presidente de la peña, María García tuvo palabras de recuerdo para el genio de la guitarra desaparecido. “Me hubiera gustado haber estado allí hasta el final del entierro, pero tampoco podía faltar a la cita con esta fiesta que es nuestra”.

Cristina Arjona, en ausencia del alcalde, prendió el cohete que marca el inicio y era el turno de la Peña Los Catavinos con la proclamación del Quesero Mayor, que este año ha recaído en el delegado de Cultura, Francisco Romero.

El Bar Perete entregaba las caretas de oro que recaían en Antonio Muñoz-Cruzado Moreno, quien no fue capaz de decir todo lo que quería, pero sí lo suficiente para agradecer la distinción. La otra careta de oro fue para Juan Manuel Gómez Vera El Pulga, que recogieron sus dos hijos ya que su viuda no pudo asistir.

Y a partir de ahí se dio por inaugurado el carnaval en la calle invitando a seguir con la segunda parte oficial y asegurando que el tiempo iba a respetar la fiesta a pesar de las previsiones. Y eltiempo respetó la fiesta.

Un coro por las calles
El coro El Orfeón había recorrido desde las seis de la tarde las calles de La Isla haciendo lo que tiene que hacer un coro, cantar a pie de calle y así llegó a la plaza del Rey, esperando a que el protocolario acto de proclamación de las colombinas y la entrega de los Pierrot finalizara.
Porque así empezó la noche, con la llegada a lo más alto del atrio del Ayuntamiento de Lorena Prian Cepillo, colombina mayor de 2013 que comenzaba a decir adiós a su reinado.

Luego fueron subiendo cada una de las salineras –Alba Coto Reyes acompañada por Hugo Maline Caro; Martía Oliva Bernal Sánchez, con Josué Javier Muñiz de Palacio; Ana Belén Olarte Barea acompañada por Miguel Páez Sierra; Raquel Becerra García con Miguel Angel Brenes Higueras; Rosario Villalba Parro con Daniel Martín Peña; Sara Benítez Fierro con Sergio Villalba Coto; Sara Rosa García con Juan Gabriel Ortiz Gómez y María Rosa del Cerro Vallejo con Francisco Luna Aguilera- hasta llegar a la salinera mayor, Nuria Otero Calvillo, acompañada por Manuel Pérez Prado.

Y allí, ya con la presencia del alcalde, José Loaiza, que este año no pudo estar en el Chupinazo del Carnaval al encontrarse en Algeciras representando a la Diputación en el entierro de Paco de Lucía y de la delegada de Fiestas, Cristina Arjona, se procedió a la proclamación de la Colombina Mayor y su corte. O sea, a la imposición del antifaz a Nuria Otero.

Los pierrot
Acto seguido tuvo lugar la entrega de distinciones que todos los años se conceden en este acto. Felipe Rivero Varela recibió el Pierrot de Oro Honorífico; la Federación de Peñas y Entidades Isleñas (FIPE), recibió el Pierrot de Plata en la persona de su presidente, Luis de Celis y José Manuel Alba Espino el Pierrot de Oro que en esta edición cumplía treinta años desde su creación.
Todavía quedaba un reconocimiento más y era para Antonio Macías Aragón, Perete, a quien está dedicado este carnaval.

Y el pregón
Luego sí llegó el pregón. El coro El Orfeón, tercer premio de este concurso de agrupaciones, entró en la plaza y desde la batea cantó el primer tango criticando la profesionalización del carnaval de Cádiz.

Luis Manuel Rivero Ramos, Poseidón, comenzó a desgranar su discurso haciendo un repaso, capítulo a capítulo, a la historia grande del Carnaval de la Isla, a sus coristas, a sus chirigoteros, a la historia de San Fernando, a la Marina, a la esencia misma de la tierra. Y con su coro arropándolo, fue él mismo cantando guitarra en manos trozos de la música del carnaval isleño, estribillos míticos que con universales y verdades que sentía porque dijo, desde el principio, que no hablaría de lo que no había vivido, pero sí de lo que había mamado.

No ha sido un pregón al uso porque ha sido un pregón de coro y un pregón coral. Ha sido un pregón incluso solemne para ser un pregón de Carnaval y ha sido, como dijo cuando fue presentado como pregonero, un pregón distinto. Esa es la palabra. Distinto. Y espectacular.

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