La Junta de Andalucía remitió el pasado fin de semana una carta al Ayuntamiento de Sevilla en la que le instaba a que fijara una fecha para la inauguración oficial del Centro de Cerámica de Triana, un proyecto incluido en el Plan Turístico de Sevilla que, dotado con 22 millones de euros (el 60% lo financia el Gobierno autónomo), fue acordado durante el mandato de Monteseirín por la Consejería de Turismo, el Consistorio y los empresarios sevillanos. Hasta ahora este convenio se había considerado como un modelo exitoso de cooperación, ya que parecía haber quedado al margen de la habitual confrontación política entre la Plaza Nueva y San Telmo.
En virtud de ese acuerdo, la Junta ha aportado el citado 60% de los 4,2 millones de euros en que se presupuestó la reconversión de las antiguas instalaciones de Cerámicas Santa Ana en un museo, el denominado Centro de Cerámica de Triana, para potenciar así turísticamente el arrabal en torno al eje del río Guadalquivir (centro de interpretación en el castillo de San Jorge, montaje de pantalanes en la lámina de agua…).
Visita institucional
El 16 de enero, el consejero de Turismo, Rafael Rodríguez; la delegada municipal de Cultura, Mar Sánchez Estrella, y el presidente de la Comisión de Turismo de la CES, Pedro Sánchez Cuerda, cursaron una visita a los trabajos de adecuación para el Centro de Cerámica trianero, que por entonces ya acumulaba un año de retraso sobre los plazos inicialmente previstos.
En la carta ahora remitida al Ayuntamiento en nombre de la Junta de Andalucía por la delegada provincial de Turismo y Comercio, Granada Santos, ésta hacía referencia a aquella visita tripartita, fruto de la cual se constató, según el Gobierno autónomo, que los trabajos estaban “casi culminados” y tan sólo a falta del traslado y restauración, en su caso, “de las piezas propiedad de la Junta o estatal”; y que la delegada municipal de Cultura había expresado que la apertura se produciría “en el mes siguiente” (por febrero).
Finalizado ya el mes de febrero y entrados en marzo, ésto es lo que recordaba la representante de la Junta en Sevilla para justificar su petición de que se fije una fecha de apertura del Centro: “Creemos necesario -exponía- que desaparezca cualquier incertidumbre sobre su fecha de apertura, con retrasos ajenos a la gestión de la Consejería de Comercio y Turismo”.
Fin de la luna de miel
La petición parecía razonable, por cuanto se acumula un retraso de casi catorce meses sobre el último calendario previsto y sabido es que los agentes turísticos y culturales necesitan conocer con bastante antelación la oferta existente, para poder elaborar sus programaciones, rutas y recomendaciones a sus clientes, máxime si con la llegada de la primavera en menos de tres semanas entramos en la temporada turística alta de Sevilla.
Por otra parte, la carta de la Junta de Andalucía llegaba tan sólo cuatro días después de que Zoido y su delegada de Cultura, Mar Sánchez Estrella, incluyeran el Centro de Cerámica de Triana entre las once sedes con que el Ayuntamiento piensa configurar el museo de la ciudad, proyecto en el que, tal como ha reconocido públicamente el propio alcalde, la Junta ha colaborado con una rapidez inusitada al apresurarse a otorgar la declaración de Colección Museográfica de Andalucía a los fondos patrimoniales municipales.
La misiva de Granada Santos, sin embargo, ha roto esta esperanzadora luna de miel turística y cultural que mantenían la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento y dejado en evidencia la excesiva premura con que este último había incluido el Centro de Cerámica de Triana en el museo de Sevilla, ya que ha obtenido una desabrida respuesta por parte del hombre de confianza de Zoido y delegado de Empleo, Economía, Turismo y Fiestas Mayores, Gregorio Serrano.
La promesa fue municipal
En vez de avanzar un calendario estimativo o de decir simplemente que el Ayuntamiento no está aún en condiciones de fijar una fecha para la inauguración oficial por imponderables de última hora, razones ajenas a su voluntad o cualquier otra fórmula diplomática o de cortesía, el delegado municipal de Turismo ha aprovechado la ocasión para volver a la senda de la confrontación y hacer política de brocha gorda: hundir puentes en vez de tenderlos o de mantenerlos.
Serrano ha tachado la petición de la Junta de Andalucía de “obsesión por hacerse una foto y por abrir un museo sin las garantías adecuadas”, obviando que la foto ya se la hizo el consejero de Turismo, Rafael Rodríguez, el 16 de enero durante su visita al Centro de Cerámica de Triana y que quien entonces prometió su apertura en febrero y por tanto sin esas “garantías adecuadas” a las que alude el delegado de Empleo, ya que no ha estado listo para el pasado mes tampoco, fue su compañera en el gobierno municipal, María del Mar Sánchez Estrella.
El Ayuntamiento, pues, es el que ha incumplido su propia previsión (una más en relación con este museo), pero ahora se trata de construir un discurso del agravio o de la ofensa para poner la pelota en el tejado del Gobierno autónomo y dale la vuelta a la tortilla: “Nosotros no compartimos la forma de actuar de la Junta de Andalucía -ha afirmado Gregorio Serrano- de inaugurar espacios y cerrarlos al día siguiente (no aportó ninguna prueba demostrativa de tal aserto). Hay que ser serios -añadió- y abrir los espacios cuando estén dotados de servicios y personal”.
Carencias municipales
¿Dotados de servicios y de personal? Parece que siempre habla quien más razones tiene para permanecer en silencio. El delegado de Empleo, Economía, Turismo y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Sevilla alardea por tanto de mantener o de dotar de personal las instalaciones municipales en contraste con las de la Junta de Andalucía justo en el peor momento posible para sostener sus tesis, ya que en los últimos días se han producido varias circunstancias que lo dejan sin argumentario al respecto:
1) El informe de la gerente del Instituto Municipal de Deportes (IMD), María José Pedrosa, en el que reconoce que la política municipal aplicada en los últimos años ha supuesto una importante disminución de efectivos en la plantilla del Instituto y provocado, en algunas unidades, “un grave deterioro en la prestación de determinados servicios considerados prioritarios por la ciudadanía”.
2) El informe del interventor municipal, José Miguel Braojos, en el que pone cifras al ahorro en personal que ha hecho el Ayuntamiento (en detrimento de la prestación de servicios públicos) como consecuencia del Plan de Ajuste: 31,4 millones de euros, cinco millones más que su previsión inicial de 26,4 millones de euros.
3) Cuando el líder de la oposición municipal, Juan Espadas, venía de denunciar que, como consecuencia de las más de 800 plazas municipales sin cubrir, los alumnos del Centro de Educación de Mayores Sánchez Roca no pueden recibir clases con normalidad en el turno de tarde porque el IES San Jerónimo, que utilizan para ello, sólo tiene un conserje en turno de mañana y tarde, el cual es trasladado según las demandas de otros centros para los que no hay personal.
De aplicarse las teorías de Serrano sobre la seriedad para mantener los espacios sólo si están dotados de servicios y personal, habría que preguntarse entonces si debería procederse a cerrar el IMD, el IES San Jerónimo y tantos otros centros que carecen de suficiente plantilla.
Una vez más, con la respuesta de Gregorio Serrano a Granada Santos se cumple la parábola bíblica de quien sólo ve la paja en el ojo ajeno sin reparar en la viga en el propio.