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Málaga

Condenan a un hombre a 5 años y medio por clavar una navaja a otro que no quiso comprarle una figura

Los hechos sucedieron en 2011

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La Audiencia de Málaga ha condenado a cinco años y medio de prisión a un hombre por clavar una navaja a otro tras una discusión porque el procesado insistió en venderle una figura y la víctima se negó a comprarla. Así, se le condena por un delito de homicidio en grado de tentativa y se le impone el pago de 16.220 euros de indemnización al perjudicado y el alejamiento de él durante 10 años.

   Los hechos sucedieron en 2011. Según se declara probado en la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, el acusado y la víctima, que no se conocían previamente, coincidieron en las inmediaciones de un bar situado en la localidad malagueña de Torrox, iniciándose una disputa entre ambos motivada por la insistencia del primero por vender esa figura y la negativa reiterada del otro.

   En el transcurso de esa discusión, el procesado, dice la resolución, empujó al otro, al tiempo que sacó una navaja con la que le pinchó en el antebrazo, causándole una herida superficial. A continuación, "sin preocuparse de las consecuencias que pudiera producir a la víctima, volvió a clavarle la navaja, esta vez en el abdomen".

   La víctima cayó al suelo y comenzó a sangrar abundantemente. Tras esto, el acusado abandonó apresuradamente el escenario de los hechos y se deshizo en la huída de la navaja, que arrojó a una alcantarilla; mientras que el agredido fue auxiliado por personas que estaban en los bares cercanos, los cuales taponaron la herida hasta que llegaron los servicios sanitarios.

   La segunda lesión, señala la Sala en su sentencia, "conduce a la muerte inmediata, resultado que sólo puede evitarse con una asistencia médica en breve periodo de tiempo, cosa que ocurrió", por lo que el hombre no falleció, pero sí sufrió varias lesiones y tiene secuelas. Un día después, el acusado fue al cuartel de la Guardia Civil y reconoció los hechos.

   Así, se le condena por un delito de homicidio en grado de tentativa, puesto que el Tribunal concluye que cuando asestó la puñalada con la navaja en el abdomen y "lo dejó sangrando en el suelo" para salir huyendo "sabía que era probable que la víctima muriera", de forma que aunque no hubiera tenido intención de matar, como dice su defensa, "es evidente que cabía dentro de lo posible".

   Para la Sala, el acusado, que admitió la agresión, aunque dijo que fue una reacción defensiva, "tuvo conocimiento pleno de la acción que cometía y, además, tuvo voluntad de llevarla a cabo, insistiendo en su ejecución". No obstante, se impone una pena inferior al aplicar la atenuante de colaboración con la justicia, ya que acompañó a los agentes hasta el lugar en el que estaba la navaja.

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