El Gobierno de Corea del Sur ha solicitado este domingo a las autoridades norcoreanas que liberen y repatrien a un misionero surcoreano condenado a realizar trabajos forzosos de por vida por espionaje y por crear una iglesia de forma clandestina, según ha informado la agencia surcoreana de noticias Yonhap.
El misionero surcoreano ha sido identificado como Kim Jong Uk, quien en una aparición televisada el pasado mes de febrero admitió que había espiado para la Inteligencia surcoreana, así como sus actividades religiosas.
"El acusado ha admitido todos los crímenes. Ha intentado infiltrarse en Pyongyang después de traspasar ilegalmente la frontera con el fin de crear una iglesia clandestina y recabar información sobre los asuntos internos de Corea del Norte", dijo el viernes la agencia estatal norcoreana de noticias, KCNA.
Seúl ha pedido insistentemente a Pyongyang que libere a Kim y que le permita regresar al país o que, al menos, permita a su familia visitarle, pero el régimen comunista se ha negado.
Corea del Norte todavía retiene al misionero coreano-estadounidense Kenneth Bae, al que condenó a 15 años de trabajos forzados por intentar usar la religión para derrocar al Gobierno de Kim Jong Un.