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Jaén

Los centros sanitarios realizan 70,2 millones de recetas electrónicas desde su puesta en marcha en 2004

La delegada ha incidido en que \"Andalucía fue la primera comunidad autónoma, en colaboración con el Consejo Andaluz de Farmacéuticos, en poner en marcha la receta electrónica y la que tiene actualmente más desarrollada esta herramienta, que conlleva numerosas ventajas para profesionales y usuarios

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Los centros sanitarios jiennenses han realizado un total de 70,2 millones de recetas electrónicas desde que en 2004 se pusiera en marcha esta herramienta en la provincia, lo que ha permitido ahorrar un 15 por ciento de consultas en los centros de atención primaria y ha evitado los desplazamientos correspondientes a los usuarios, fundamentalmente a aquellos que padecen una enfermedad crónica.

   Así lo ha señalado este viernes la delegada territorial de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, Ángeles Jiménez, en la presentación del balance de actividad de esta prestación en el centro de salud de 'El Valle' en la capital jiennense.

   Según ha recordado la Junta en una nota, en la provincia de Jaén el pilotaje de la receta electrónica comenzó en el centro de salud de Mancha Real gracias a la colaboración de los pacientes de este municipio y a los médicos del centro y oficinas de farmacia existentes en la zona, para implantarse posteriormente en el resto de centros de salud y consultorios y hospitales públicos.

   La delegada ha incidido en que "Andalucía fue la primera comunidad autónoma, en colaboración con el Consejo Andaluz de Farmacéuticos, en poner en marcha la receta electrónica y la que tiene actualmente más desarrollada esta herramienta, que conlleva numerosas ventajas para profesionales y usuarios".

   Además, Jiménez ha reconocido "la importantísima colaboración de los profesionales y pacientes que participaron en las fases iniciales de este proyecto y la labor de las oficinas de farmacia que ha permitido desarrollar este proyecto y situar a la comunidad andaluza en la vanguardia de la innovación sanitaria".

   La principal ventaja de este sistema de prescripción y dispensación electrónica es que evita a los pacientes, especialmente a aquellos que tienen una enfermedad crónica, tener que acudir a su médico sólo para que se les expida las recetas de continuación de sus tratamientos.

   En un único acto, el médico puede prescribir los fármacos que estime necesario y en la cantidad que el usuario necesite para cumplir la pauta y duración del tratamiento. Los medicamentos más consumidos han sido antihipertensivos, contra la úlcera péptica y el reflujo gastroesofágico, analgésicos, antipiréticos y ansiolíticos.

   Según ha concretado Jiménez, "se estima que la receta electrónica ha permitido reducir en un 15 por ciento el número de consultas atendidas en atención primaria, lo que conlleva además que los profesionales médicos dispongan de más tiempo a la atención sanitaria y se reduzca el tiempo destinado a las consultas de renovación de tratamientos o expedición de recetas".

   La receta electrónica permite también a los usuarios con tratamientos prolongados retirar los fármacos prescritos en cualquier farmacia andaluza sólo presentando su tarjeta sanitaria. De esta forma, los usuarios tienen acceso a su tratamiento independientemente de si se encuentran en su localidad de residencia.

COPAGO DE PENSIONISTAS

   La receta electrónica permite además que los pensionistas abonen únicamente el dinero que tienen establecido como tope máximo en el copago impuesto por el Estado y evita que tengan que abonar una cantidad superior a la establecida y luego reclamar su devolución.

   En ese sentido, la representante de la Junta ha destacado que "en otras comunidades donde no está implantada la receta electrónica, los pensionistas tienen que pagar por todos los medicamentos retirados y después reclamar el dinero que sobrepase el límite que tengan establecido, según su renta", mientras que en Andalucía la receta electrónica permite identificar cuándo se ha alcanzado el tope establecido para cada pensionista.

   Igualmente, la receta electrónica minimiza los trámites necesarios para el control sanitario del visado de recetas, ya que sólo es necesario este trámite cuando el médico instaura un nuevo tratamiento y esta autorización se prolonga para sucesivas prescripciones y dispensaciones.

   La prescripción y dispensación electrónica constituye también una "potente" herramienta de seguimiento farmacoterapéutico, de forma que posibilita "una comunicación directa" entre el farmacéutico y el médico que ha realizado la prescripción, de forma que el farmacéutico puede transmitir con agilidad aquellas observaciones o incidencias sobre el tratamiento que resultan importantes para la salud del paciente.

   Además, cuando las causas asistenciales lo aconsejen, el farmacéutico podrá bloquear de forma cautelar la dispensación de una prescripción concreta, una suspensión que "siempre deberá ser validada o revocada por el médico prescriptor".

AHORRO Y EFICIENCIA

   Desde la Junta se subraya además que la receta electrónica supone también "una importante medida de eficiencia", ya que si bien los costes invertidos en la última década para el desarrollo de la receta electrónica se han elevado a cuatro millones de euros, dicho instrumento ha permitido un ahorro de 790.430 euros para la sanidad pública andaluza "sólo en sustitución de papel" en la provincia jiennense, además de suponer un beneficio para el cuidado del medio ambiente.

   Gracias a la inversión realizada, la receta electrónica se ha implantado en el cien por cien de la red de atención primaria y en todos los hospitales del Servicio Andaluz de Salud (SAS). Actualmente, el 95 por ciento de las recetas que se prescriben son electrónicas.

   Por último, la Junta ha recordado que el desarrollo de la receta electrónica y los buenos resultados obtenidos en la comunidad andaluza han sido reconocidos internacionalmente y Andalucía lidera, dentro del proyecto europeo denominado 'epSOS', la línea de prescripción electrónica con el objetivo de que cualquier ciudadano europeo pueda adquirir los medicamentos prescritos en su país de origen.

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