El alcalde, Juan Carlos Ruiz Boix, ha anunciado que ha trasladado a la Guardia Civil varios hechos que considera que podrían ser constitutivos de delito, si bien la gota que colmó el vaso fue un escrito anónimo que recibió el pasado 21 de enero. El primer edil considera que en ese texto “se ha traspasado la línea roja de la crítica democrática y se entra en la extorsión y el chantaje”, además de que “se atenta” contra su libertad a la hora de tomar decisiones como máximo jefe de la Policía Local.
Para el alcalde, dicho anónimo “trata de cambiar la decisión de convocar una plaza de inspector de la Policía Local que se comparte de forma mayoritaria en el seno del Gobierno municipal”, una convocatoria que, dijo, se ha hecho por el pertinente “cauce legal” y “siguiendo el procedimiento administrativo” oportuno.
Ruiz Boix recordó que ha recibido a lo largo de todo el mandado distintas críticas sobre las decisiones que ha tomado junto al teniente de alcalde delegado de Seguridad Ciudadana, Juan Manuel Ordóñez, sobre la estructura organizativa de la Policía Local. Defendió dichos cambios como una fórmula de hacer el servicio “más eficaz y de más calidad”, y subrayó que siempre se habían realizado bajo la más estricta legalidad.
Estas críticas, apuntó, han llegado principalmente de partidos políticos y sindicatos, pero las considera que “entran dentro del Estado de Derecho y de la libertad de expresión” que garantiza la Constitución. Sin embargo, los escritos anónimos y en especial el del 21 de enero, considera que “más que advertencias son amenazas, extorsión y chantaje”.
Por ello, ha puesto a disposición de la Guardia Civil esos anónimos “para que pueda valorar (si constituyen delito) e investigar la procedencia” de los mismos. “La crítica es libre -dijo el alcalde-, pero la Justicia debe meditar sobre estos anónimos que entiendo que tratan de amedrentar mi libertad de actuación como alcalde”, finalizó.