Jerez ha pasado de llegar a concentrar 19 promotoras de viviendas en 2007 a quedarse sin ninguna de estas sociedades tras haber sido aniquiladas por la crisis económica. A estas alturas, como indican expertos del sector inmobiliario, en la ciudad nombres tan ligados históricamente al impulso de conjuntos residenciales como Rochdale, Jerezana de Comunidades o Basilio Iglesias, entre una larga lista , han pasado a concurso de acreedores y han acabado entrando en fase de liquidación, dándose el caso de algunas que han sido liquidadas directamente saltándose el trámite previo. “Si en los tiempos buenos llegaron a haber 19 promotoras funcionando en Jerez, con actividad aquí y en el resto de la provincia, con la crisis empezaron a fallar y ahora están todas muertas”, detalla este especialista del sector.
De esta manera, en la actualidad sólo alguna de manera aislada asume funciones residuales de promoción tras haberse reconvertido en inmobiliaria de viviendas de segunda mano y tiran también de las promociones de los bancos. Se trata de una manera de aprovechar la infraestructura que aún le queda y salir adelante aunque con un cambio de chip sustancial.
Es en este punto cuanto surgen los interrogantes. Si en estos momentos no hay promotoras en activo y bastante overbooking de nuevas urbanizaciones a estrenar, a las que hay que dar salida en el mercado, ¿cuál es el futuro?Los expertos inmobiliarios lo tienen claro: una vez más la última palabra la van a tener las entidades bancarias. Son ellas las que funcionarán como futuras promotoras al ser las dueños de los suelos. “Hay varias posibilidades según las soluciones que los bancos quieran buscar a cada solar: pueden vender suelo con aportación, lo que implica que cuando materialicen la venta se queden con una parte de los pisos que construyen; pueden actuar a través de un gestor que les gestione la promoción, o también puede darse el caso de que estén abiertos a escuchar a cualquier empresario que esté dispuesto a correr el riesgo de meterse a promotor”, explica este experto.
Y es que meterse a promotor en los tiempos que corren, matiza, supone un riesgo añadido que no todo el mundo puede estar dispuesto a correr, sobre todo teniendo en cuenta que hoy en día “cuesta más caro promover que lo que valen los pisos. Va a ser más fácil vender el inmueble que promoverlo”, sostiene este especialista. Esto explica que a lo sumo, por lo que puede optar algún empresario más atrevido y que de hecho se está haciendo en la costa de Cádiz es por promover pequeñas urbanizaciones, de cuatro o seis viviendas, afrontando un riesgo pero mucho más pequeño que una promoción tipo. En cualquier caso, la tónica de Jerez es similar al resto de la provincia.
De hecho, en la actualidad sólo queda una promotora pequeña en la zona de la costa. La idea, por tantoes impulsar estas pequeñas urbanizaciones “a pulmón”, es decir, con los recursos propios, ya que en la etapa actual no se puede contar con la financiación de los bancos.
Pero no solo han caído los buques insignias; la crisis se ha llevado por delante y, en cierto modo, ha “depurado” el sector al acabar con pequeñas entidades o pseudopromotoras que nacieron a la sombra del boom inmobiliario y que no eran regentadas por profesionales (pequeños constructores, dueños de suelos, gestores o abogados). Todas estas empresas también han desparecido pero el problema, agregan desde el sector), es que han dejado “grandes agujeros” a bancos y a proveedores de construcciones.
