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Sevilla

Una despedida agria

Zoido cierra el debate plenario asegurando que ha recuperado la normalidad pero que queda mucho por hacer, recordando que se han saneado las cuentas, bajado impuestos y se han mantenido los servicios públicos

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Último pleno ordinario del Ayuntamiento y primera despedida formal, aunque no la última, antes de que acabe un mandato en el que el alcalde, Juan Ignacio Zoido, considera que se ha recuperado la normalidad, aunque le queda mucho por hacer, mientras la oposición, que no pensaba despedirse en esta sesión, ha aprovechado los debates -agrios en muchos momentos- para cargar contra la gestión del Gobierno municipal en cuanto se le ha dado la ocasión.

Termina el mandato con plenos que apenas alcanzan las seis horas -frente a los eternos debates de no hace mucho- y con las habituales interrupciones de protesta, que el presidente del Pleno, Javier Landa, acostumbra a zanjar con un “desalojen” y un breve alboroto que apenas dura cinco minutos para continuar con la sesión plenaria.

Este era el último de carácter ordinario (habrá otros extraordinarios) y el alcalde ha aprovechado para destacar que les tocó gestionar “los años más complejos de la crisis” pero con el “mandato claro de recuperar la normalidad”. Saneando las cuentas, bajando los impuestos y mejorando los servicios públicos, detallaba, e incluso reconocía que han cometido errores: “¿quién no los ha cometido -dijo-alguna vez en la vida”. Eso sí, a su entender, cuando se han cometido “se ha escuchado la voz de la calle y se ha rectificado”.

Agradecía el trabajo a sus compañeros de Gobierno (especialmente a los que no repiten, como Juan Bueno, Maximiliano Vílchez y José Miguel Luque), a los grupos de la oposición y a los funcionarios, de los que incluso ha destacado sus protestas tanto en el Pleno como en la Plaza Nueva, a los que ha agradecido su comprensión.

Zoido dice que ha cumplido recuperando la normalidad pero no ha ocultado que ha cumplido una parte, porque la otra “queda por cumplir y muchas cosas por hacer”, un proyecto que espera “intentar acabar” a partir del 24 de mayo, “pero eso lo decidirán los sevillanos, porque será su suerte la que se juegue” en unas elecciones en las que espera que prevalezcan los intereses de la ciudad por encima de los particulares.

Mientras Josefa Medrano, portavoz de IU, rechazó hacer balance porque lo harán en el último pleno, Juan Espadas, del PSOE, sí que destacó su apuesta por “construir propositivamente”, haciendo una oposición que buscara lo mejor para el ciudadano y analizando lo que no funciona bien o lo que debería funcionar mejor. Oposición “blanda o dura”, Espadas espera que “gane el mejor proyecto político para Sevilla”.

El rigor de las cuentas

Precisamente donde más se ha notado a la oposición ha sido en la aprobación de diversos reconocimientos de créditos y modificaciones presupuestarias, donde el Gobierno ha tenido que defender el rigor de sus cuentas frente a las críticas de la oposición, que considera que “deja mucho que desear” y que, incluso, “hace aguas”.

Asunción Fley, la delegada de Hacienda y brazo ejecutor presupuestario del mandato, ha puesto en valor que el PP ha tenido que “afrontar las deudas y pagarlas”, que se adecua el presupuesto “a los gastos reales”, que se han unificado contratos -algunos que ni existían- y que las modificaciones presupuestarias son “meras formalidades” puesto que no se modifica la previsión del gasto sino que son cambios dentro de las mismas áreas.

Pero el socialista Antonio Muñoz recordaba cuando Juan Bueno decía que no habría modificaciones presupuestarias en su mandato cuando “la excepcionalidad se ha convertido en algo habitual”, mientras falta información sobre la ejecución presupuestaria y se suceden los informes de Intervención advirtiendo que los procedimientos no son los adecuados. “Su gestión hace aguas”, decía Antonio Muñoz.

Por su parte, Josefa Medrano lamentaba que la gestión “deje mucho que desear”, ejemplificando en la tercera modificación presupuestaria de unas cuentas recién aprobadas por el Pleno.
Tampoco la cuestión del Ikea se libró de la confrontación cuando Espadas acusó a Zoido de ser “lento” y a su equipo de serlo “más” en la tramitación del proyecto, asegurando que tras reunirse con los empresarios que lo van a sacar adelante, lo han apoyado.

Zoido cogía el guante y aseguraba que él “desbloqueó” la edificabilidad en cuanto llegó y ha negociado una salida para los accesos, aunque fue a la Junta de Andalucía a la que culpó de “eternizar” el proyecto al no defenderlo en el caso de la vía pecuaria.

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