Uno nunca sabe bien a qué son debidos ciertos caprichos que, de forma espontánea, se presentan sin llamar a la puerta y se instalan en el habitual desarrollo de los acontecimientos, hechos o simplemente rutinas de nuestra cotidianidad.
Podría parecer extraño; pero a este uno, que no es muy dado a cónclaves, ocultismos o nigromancias que pudieran traspasar leyes más allá de la terapéutica de lo inconsciente, no deja de llamarle la atención que nos hayamos quedado anclados, fijados, determinados en un número cuya suma, de por sí, es significativa.
Según el Tarot, la carta número diez simboliza "La Rueda de la Fortuna" y, por tanto, la evolución, ya que cada giro representa una nueva oportunidad.
El Tarot es la práctica adivinatoria del futuro que usa una baraja de 78 naipes formados en dos bloques, uno numerados y otro con figuras simbólicas que colocados de diferentes modos sobre una superficie y una vez interpretadas, responden a consultas, constituyendo una suerte de cartomancia o arte de la adivinación.
Pero si nos declarábamos escépticos a ciertas prácticas que pudieran ser manejadas por desaprensivas voluntades cuya finalidad más atendiera a un interés personal que a la verdad, no dejamos de valorar ciertos hechos constitutivos de atención en cuanto a que, sin voluntad expresa, se han venido instalando en nosotros y determinan extensiones y contenidos.
Si queremos llamar la atención sobre este número que hoy es título de nuestro humilde discurrir – 1045 – es, porque son exactamente las palabras que han venido componiendo hasta ahora todos y cada uno de los artículos de opinión que este medio ha tenido a bien publicar hasta el momento.
Casi sin quererlo y en un ejercicio mínimo de composición, necesario por otro lado para la inserción de artículos en prensa, nos dimos cuenta que la extensión en palabras al empezar a escribir podría perfectamente corresponder con dicha extensión. A partir de ahí, decidimos que sería ésa y no otra, la cantidad de palabras que compondrían los futuros artículos.
Así ha sido y sigue siendo. No es necesario que las cuenten, pero el presente también está formado en extensión por mil cuarenta y cinco partes del diccionario.
Y aquí estamos, respondiendo una vez más a ese impulso vital de expresión que intenta, como decíamos en el primer artículo, “complacer más que ahuyentar, discernir más que juzgar y alimentar más que comer”.
Pero ya que entramos en una suerte de numerología abstracta y casi involuntaria en la exposición, nos quedamos. Queremos compartir también la extrañeza que nos supone esta mera coincidencia y atender brevemente el sentido de los números, que también lo tienen.
Hablábamos del ´10´ atendiendo a la suma de los números individuales del título: 1+0+4+5=10. ¿Querrá también decir algo esta suma?
Aparte del Tarot, el número diez ha sido interpretado en diferentes disciplinas de muy variadas maneras.
Así, referido al carácter, la persona 10 es dueña de un poder personal sumamente considerable, puede hacer todo cuanto se proponga y, si actúa con sencillez, sin rendirse ante la tentación de usar este poder para fines egoístas, alcanzará el triunfo total. Si usan este don acorde con las leyes cósmicas, serán invencibles.
Otros de los atributos del 10, son alta iniciativa, optimismo, progreso, sabiduría, karma y ciclos. Simboliza el coraje real. Bien aprovechado este número es altamente afortunado puesto que encierra el mensaje "aquello que des por hecho en tu mente es ya tuyo".
Podríamos seguir citando estudios relacionados con la psique y capacidades referidas a las personas incluidas en este número, pero no es nuestra intención hacer un tratado; antes bien es una toma de conciencia personal de una casualidad que queremos convertir en causalidad.
No hay efecto sin causa, ni causa sin efecto. Y puestos a entrar en terrenos de acceso inusual, encerrados en éste ´bypass´ numerológico, ponemos voluntad y aplicamos, por voluntad propia, el significado más inmediato que se nos antoja de la suma de aquellos números individuales del titular y su significado en los días que corren.
Permítanme la siguiente ecuación basándonos en la fecha: 24 – 05 – 2015. Sumemos individualmente los enteros que la componen, es decir, 2+4-5+2+1+5; obtendremos como resultado = 19. Si sumamos, también individualmente las cifras que componen el resultado (1+9) obtendremos otro resultado que, coincidentemente es 10 (DIEZ).
Curiosamente y con esta fórmula aparece otra vez el número que, por su excelencia, propone evolución. ¿Habrá que poner interés en esta caprichosa suma y su significado?
Esta vez queremos hacer el pronóstico, queremos servir de ´médium´ interpretativo y apelar a nuestra intuición en lo que podría significar numerológicamente una gran fecha. Una suma extraordinaria de significantes y significados que diera lugar a la esperanza. Un día, cuyo número, coincidiendo con el beneplácito de los astros y la conjura del Olimpo, pudiéramos llegar a concluir que las voluntades se aúnan, las distancias se acortan y los poderes suman en una suerte de colaboración creativa hacia aquella evolución que auguraba el número diez como ente de garantías: LAS ELECCIONES MUNICIPALES.
Convirtamos el número de la excelencia en línea ascendente de colaboración, en cauce de coincidencia y foro de honorable discusión.
Ahora que se está preparando, puedo conocer qué sentido tiene la pasión que encierra una fecha tan significativa, cuantas sonrisas almacenadas, cuanta ilusión concentrada y sobre todo cuanta humildad en aire fresco anida en quienes, quizá sin saberlo, son portadores de la virtud que encierra una suma y el privilegio de servir con ella.
Mil cuarenta y cinco son las palabras, una vez más, que componen esta prosa. Diez es su suma. Miles son las voluntades – estoy seguro - y un millón las gracias que concede la Diosa Fortuna a quienes ponen en valor servir a los demás y su ilusión en un mundo mejor.
¿Será verdad que los números tienen su efecto en nuestras vidas?
Será verdad que somos capaces de adoptar la evolución y dignificar nuestra existencia?
Anticipamos el discurso. Apelamos a la cordura e invitamos a que este supuesto numerológico venga a resumir un deseo compartido en el que la libertad de expresión, conciencia participativa y ágora de encuentro, sea capaz de sostener el verdadero poder: El poder oculto de los números cuyo significado se pierde en la noche de los tiempos.
Seguirán siendo mil cuarenta y cinco palabras y, como hasta ahora, una sola voluntad.