Los sevillanos hemos asistido a una de las campañas locales más singulares de nuestra democracia. Unas elecciones donde los aciertos han venido de la mano de los deméritos de los rivales más que de los méritos propios. La jornada se caracterizó por la baja participación y el uso de 908 puestos administrados electrónicamente que agilizaron el proceso de voto pero no su recuento.
Los resultados de esta legislatura muestran un nuevo escenario político que necesariamente ha de traer una nueva forma de hacer política basada en la honestidad, la responsabilidad ,la transparencia, el diálogo, el entendimiento, la cooperación, el pacto y el sentido de servicio hacia la comunidad y el ciudadano en la gestión de lo público.
La candidatura de Zoido ha sido por tercera vez la más votada, aunque por una angosta victoria en la que supera a Espadas por 3.020 votos de diferencia. A pesar de ser la lista más votada, se ha dado un enorme batacazo perdiendo 8 concejales y necesitando pactar con otras fuerzas políticas. Sin embargo, sus opciones son escasas y remotas.
Zoido parece haber estado más preocupado en desmarcarse de las siglas del PP que en explicar su programa. Ha centrado la campaña en criticar la herencia recibida, hacer gala del saneamiento de las cuentas y en prometer megaproyectos como la ampliación del Metrocentro hasta Santa Justa, el Hyde Park o el campo de golf en Los Bermejales. Se puede decir que Zoido hacía mejor oposición que gobierno, puesto que no recoge las necesidades reales de los ciudadanos, quienes prefieren un polideportivo a un campo de golf.
Por otra parte, Espadas ha ganado unos 4.000 votos respecto a los que obtuvo en 2011, por lo que mantiene sus 11 concejales. Los datos muestran que la taimada campaña llevada a cabo por Espadas no le ha sumado ni restado demasiado, pero la actual coyuntura política le es totalmente favorable, dado que la Alcaldía parece caída del cielo. Espadas no ha sabido atraer el voto de castigo de la izquierda que en su día fue a parar a Zoido. En vez de volver al PSOE, ha sido captado por las redes de los nuevos partidos emergentes.
Tanto la formación Participa Sevilla, cercana a Podemos, como Ciudadanos han obtenido tres concejales. La campaña de Ciudadanos se ha caracterizado por el perfil bajo de su candidato, Javier Millán, frente a la marca de partido, que funciona a modo de franquicia de Albert Rivera, quien aparece en la propaganda enviada por correo.
Por otra parte, la campaña de Participa Sevilla ha estado marcada por la confusión y el conflicto. Lo que pretendía ser una plataforma de unidad de la izquierda para presentar listas conjuntas a nivel local bajo las siglas Ganemos, ha desembocado en un cruce de acusaciones entre Equo y los miembros de la plataforma instrumental Participa Sevilla, compuesta por miembros de Podemos y candidaturas independientes. Esta situación ha favorecido a Daniel González, joven alcaldable de IU, quien contra todo pronóstico ha conseguido el suficiente apoyo electoral para obtener dos concejales.
Según datos de la Red Andaluza de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión social, uno de cada tres sevillanos vive en la pobreza o en situación de exclusión social. Sin embargo, aunque todas las formaciones han visitado religiosamente los barrios más castigados por la pobreza, ninguna ha formulado propuestas contundentes en esta dirección.
Los resultados nos han traído una campaña cargada de cinismo, donde todos los candidatos salían a ganar y tras los resultados dicen estar dispuestos a pactar con todos, excepto con Zoido, quien parece estar bailando tan solo y descoordinado como un solterón en una verbena.
En definitiva, hemos asistido a una jornada electoral donde el Betis ha subido a Primera División por goleada y Zoido, aunque haya marcado en el descuento, ha obtenido una pírrica victoria que no le sirve para superar el “goal average” de la izquierda.