El debate sobre el uso de la bandera confederada en Estados Unidos se agitó hoy con la posibilidad de que varios estados sureños actúen para retirar ese emblema, mientras aumentan las advertencias de que eso no será suficiente para atajar los profundos problemas de racismo que persisten en el país.
La bandera confederada, la que adoptaron en la Guerra Civil de Estados Unidos los estados secesionistas -y favorables a la esclavitud- de la Confederación frente a la Unión (estados norteños), es para algunos estadounidenses un símbolo de historia e identidad, mientras que para otros se trata de un emblema racista.
La polémica sobre su uso en varios estados del sur ha aumentado a raíz del tiroteo de la semana pasada en una iglesia de la comunidad negra de Charleston (Carolina del Sur), donde murieron nueve personas y cuyo autor confeso, Dylann Roof, aparece en varias fotografías posando con esa bandera.
Tanto la Cámara de Representantes como el Senado estatales de Carolina del Sur aprobaron hoy sendas mociones para iniciar un debate sobre la posibilidad de retirar la bandera confederada que ondea en los jardines del Parlamento estatal.
La gobernadora de Carolina del Sur, la republicana Nikki Haley, se pronunció este lunes a favor de retirar la bandera, y hoy cientos de personas se congregaron frente al Capitolio estatal para exigir a los legisladores que aprueben una ley con ese fin.
Pese al inicio del debate, todavía no se ha presentado ningún proyecto de ley formal para retirar la bandera, algo que requerirá el apoyo de dos tercios de cada una de las cámaras del Parlamento, con lo que se espera que el proceso dure varias semanas.
Por otra parte, el gobernador del estado de Virginia, el demócrata Terry McAuliffe, anunció hoy que retirará la imagen de la bandera confederada de todas las matrículas de vehículos emitidas en el territorio, por considerarla un símbolo "divisivo y dañino".
En Misisipi, el presidente de la Cámara Baja estatal, Philip Gunn, pidió retirar el emblema confederado de la bandera del estado; mientras que en Tennessee varios legisladores de ambos partidos se pronunciaron a favor de retirar del Senado el busto de un general confederado y líder del Ku Klux Klan, Nathan Bedford Forrest.
A esa corriente se sumaron hoy varias grandes empresas del país, como Amazon, eBay, Walmart y Sears, que anunciaron que dejarán de vender productos que muestren la bandera confederada.
La aspirante presidencial demócrata Hillary Clinton respaldó hoy la decisión de esas empresas y urgió a todos los negocios del país a seguir su ejemplo, al considerar que esa bandera no debe ondear ni en el Parlamento de Carolina del Sur ni "en ninguna parte".
En un discurso cerca de Ferguson (Misuri), la exsecretaria de Estado definió el tiroteo en Charleston como "un acto de terrorismo racista", a pesar de que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) ha indicado que no considera ese suceso un acto terrorista porque no detecta una motivación política clara.
Pese a sus comentarios sobre la bandera confederada, Clinton consideró que dejar de enarbolar esa insignia es "solo el comienzo" de lo que tiene que hacer el país, e instó a emprender reformas más profundas en el sistema educativo y el control de armas.
"La larga lucha de Estados Unidos con el tema de la raza está lejos de haber terminado", afirmó Clinton.
Sus palabras siguen la línea marcada por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, quien opina que su país no está "curado" del racismo.
"No es solo una cuestión de que no sea de buena educación decir 'nigger' (negro) en público. Esa no es la medida de si el racismo todavía existe o no", dijo Obama en una entrevista grabada la pasada semana y difundida este lunes.
El uso por parte de Obama de la palabra "nigger", un término con connotaciones racistas, causó revuelo en algunos medios de comunicación de Estados Unidos, pero la Casa Blanca ha defendido que solo lo empleó para argumentar que el racismo en Estados Unidos va más allá de las expresiones abiertas de discriminación.
"Obama proporcionó claramente un contexto intelectual legítimo para el uso de esa palabra", dijo hoy a Efe un profesor de estudios afroamericanos en la Universidad Duke, Mark Anthony Neal.
Según Neal, el debate sobre retirar la bandera confederada de los estados sureños de Estados Unidos es "principalmente simbólico", porque trasladar ese emblema a un museo "es la parte fácil" del problema.
"Un debate para erradicar las estructuras de desigualdad del país a través de las instituciones estadounidenses es otro tema completamente distinto, y todavía no estoy seguro de que Estados Unidos esté preparado para ello", opinó el experto.