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Arcos

San Miguel se despide hasta el año que viene

A falta de valoraciones oficiales, la feria se ha celebrado dignamente, aunque posiblemente con menos público y menos elementos tradicionales, pero, ya se sabe, cada uno la cuenta como le ha ido.

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  • Feria de San Miguel 2015. -

La Feria de San Miguel echaba el domingo el cerrojo hasta el próximo año después de una de las fiestas más largas que se recuerda al haber durado cinco días y seis noches. El Ayuntamiento quiso así introducir en el calendario oficial el día del patrón, que tuvo lugar el inaugural martes 29 de septiembre.    La feria encontró uno de sus momentos más emotivos en el descubrimiento del monumento dedicado al recordado campeón ecuestre Curro Calderón; un escueto, pero muy simbólico monolito erigido en la glorieta de la travesía urbana, a la altura de El Elefante Azul, lugar por donde, en vida, el jinete solía pasar camino de El Jadramil, donde la familia tiene el cortijo que siempre guardó caballos de gran valor. 


El descubrimiento del monumento dejó el esperado sabor agridulce, porque su familia, su esposa, Nieves Macías, en particular, no pudo dejar de recordar a un padre, a un marido, más allá de la estela gloriosa que dejó Curro como campeón tantas veces en los alberos españoles e internacionales, casi siempre como experto en el arte de la doma vaquera. De las palabras de bienvenida se encargó el alcalde de Arcos, Isidoro Gambín, para justificar el retraso del acto en el tiempo –debió inaugurarse hace meses--, ensalzar la figura de Curro Calderón y esbozar resumidamente su envidiable palmarés.


Horas más tarde de esta inauguración tuvo lugar el accidentado encendido del alumbrado extraordinario de la feria, ya que una gran tromba de agua cayó de los cielos arcenses a esas horas. Con una noche de perros, apenas los familiares de las molineras del último carnaval y unos pocos atrevidos se asomaron al acto inaugural. No obstante, las molineras quedaron proclamadas como reinas y damas de la feria.  El Gobierno también se hizo acompañar de los usuarios del centro ocupacional Juan Candil en lo que reviste un momento entrañable de las fiestas. 
La feria de este año, a falta del balance oficial, ha experimentado novedades destacadas como la ampliación del recinto iluminado, que en este sentido ha partido desde el Paseo de Andalucía. Incluso se han montado dos portadas. Sin embargo, no se ha instalado la gran carpa municipal de otras ocasiones aunque sí se ha conservado una zona pública para las actuaciones musicales. El acuerdo alcanzado con la Asociación de Feriantes de Andalucía también ha permitido la celebración de hasta dos Días del Niño, con las atracciones al precio de un euro y medio y el resto de día a dos euros, lo cual ha sido muy agradecido por las familias. Con esta medida, el Ayuntamiento deja de ingresar unos 30.000 euros, pero el alcalde ha priorizado la diversión de los niños que, al fin y al cabo, “son los que menos tienen que sufrir la crisis”. 



La feria de este año ha puesto una vez más sobre la mesa la tendencia de las últimas ediciones con la llegada de los vecinos y visitantes en horario de tarde, después del almuerzo, con lo cual el recinto logró el esperado ambiente a partir de las cinco e incluso de las seis de la tarde; un horario atípico, alejado de la tradición, pero que parece imponerse definitivamente. El jueves por la tarde, extraordinario ambiente, incluso, tal vez, mejor que el viernes de feria, con más público en las casetas y consumiendo.


El sábado, el día más popular de las fiestas, el recinto se llenó sobre todo en los aledaños de las atracciones, aunque los caseteros se quejaron del poco ambiente y, por ende, de las escasas consumiciones. No obstante, ha habido casetas que han conseguido el negocio esperado y otras, en honor a la verdad, no han vendido apenas mercancía como atestiguaban sus promotores.
Entre los primeros comentarios del público, se habla de menos presencia de caballos y coches de paseo que otras veces, menos mujeres vestidas de gitana y menos consumiciones en las casetas, lo cual puede ser atribuible a la crisis, o al hecho de que cientos de arcenses han decidido pasar la feria en los cada vez más apreciados hoteles ‘Todo incluido’, que proponen ofertas muy económicas para pasar los días de feria fuera de la ciudad.


El alcalde de Arcos, Isidoro Gambín, asegura que la feria de este año se ha montado con 45.000 euros, mientras que el presupuesto de la anterior habría alcanzado los 192.000 euros.

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