Maite Zaldívar, exmujer del que fuera alcalde de Marbella (Málaga) Julián Muñoz, ha salido este viernes de la cárcel malagueña de Alhaurín de la Torre para disfrutar de su primer permiso penitenciario de seis días.
Ha salido sobre las 10.40 horas con gafas de sol y muy sonriente por una pasarela peatonal, hasta donde se han acercado sus dos hijas y su novio para abrazarla. En ese momento, varias presas han aplaudido.
La salida se ha retrasado un poco porque los familiares que iban a buscarla se han visto afectados por un atasco en la carretera, según ha explicado su abogado Francisco Miranda, quien ha apuntado que ella está muy contenta por poder disfrutar con su familia de estos días.
Asimismo, ha recordado que está en trámite otro permiso, que esperan pueda disfrutar en Navidad, y ha indicado que su hermano Jesús Zaldívar, también condenado en la misma causa y a la misma pena, está pendiente de la tramitación de un permiso y del tercer grado.
El juez de Vigilancia Penitenciaria de Málaga autorizó a principios de noviembre un permiso de salida para Maite Zaldívar, que ingresó en la cárcel el 27 de octubre de 2014 para cumplir la pena de dos años y medio de prisión que le fue impuesta por un delito de blanqueo de capitales.
Mediante un auto, el juez estimó el recurso de queja presentado por la defensa de Zaldívar contra el acuerdo tomado a finales de julio de este año por la junta de tratamiento de la prisión malagueña, por el que se denegó un permiso solicitado, y dejó dicha decisión de la cárcel sin efecto.
UN AÑO DE CÁRCEL
Zaldívar, condenada en la misma causa que Muñoz, la cantante Isabel Pantoja y otras cuatro personas, ha cumplido ya un poco más de un año de cárcel de la pena. Además de prisión, se le impuso una multa de 1,7 millones de euros, con responsabilidad personal de seis meses de cárcel en caso de impago.
El juez señalaba en su resolución que Zaldívar cumple los requisitos objetivos, como son haber cumplido ya el cuarto del total de la condena y la clasificación en segundo grado, además de que no se observa mala conducta, "al contrario", rechazando las razones dadas por la junta de tratamiento para no conceder el permiso.
Así, la cárcel argumentó su denegación en la gravedad de la actividad delictiva, la gran alarma social que produjo el delito cometido y la lejanía del cumplimiento de las tres cuartas partes de la condena, lo que "no pueden inclinar la balanza en sentido opuesto a la concesión", dice el juez.
Resalta otras variables a tener en cuenta como su actitud, que es "de plena adaptación e integración modular y colaborativa con internas e institución", además de que, según un informe, "reconoce los hechos cometidos y sus consecuencias" y la posibilidad de reincidir es "muy improbable".
La sentencia consideró probado que durante el periodo de vigencia de su matrimonio, Zaldívar favoreció el ocultamiento de los fondos de su marido y "estaba al corriente de las actividades" de éste, así como del origen del dinero que aquel manejaba", señalando que Muñoz "llevaba cantidades elevadas de dinero al domicilio familiar.
Zaldívar declaró en el juicio que para ella el dinero en efectivo que traía su marido a casa era legal y que nunca pensó que podría ser producto de algo ilícito. De hecho, aseguró que no sabía lo que significaba blanqueo de dinero, sólo "blanquear paredes".