Ya estamos a mediados de noviembre y podemos empezar a hacer balance de lo que ha sido 2015. La semana pasada presentamos en la Confederación de Empresarios de Andalucía nuestro Informe Cuatrimestral, Loyola Economic Outlook, que realizamos desde el Departamento de Economía de la Universidad Loyola Andalucía.
Debido a la mejora económica acometida en el primer y segundo trimestre del año, nuestra previsión de crecimiento anual del PIB para el año 2015 alcanzará un 3,1%. La previsión para todo el año 2016 es de un crecimiento del 2,5%. En cuanto a la evolución de la tasa de desempleo la situamos en el 21,6% y 21,5% respectivamente.
En cuanto al PIB andaluz, las previsiones muestran una tendencia parecida a la española. Para el cuanto al conjunto del año 2015 la previsión de crecimiento del PIB para Andalucía es de 2,7%, situándose 0,4% por debajo del dato nacional. El crecimiento previsto para el año 2016 es de 2,5%. En cuanto al mercado de trabajo alcanzaremos las estimaciones para las tasas medias de paro del conjunto del año 2015 oscilan en torno al 30,5-31,5% y entre 29,5-30,5% para 2016 de desempleo sobre la población activa.
A nivel regional no tenemos datos nuevos, pero a nivel nacional han aparecido las previsiones de la OCDE y de la Comisión Europea, que coinciden básicamente con las nuestras, aunque quizás ligeramente más benévolas para 2016 con un par de décimas de más.
Pero hay un problema de fondo: España -y por ende, Andalucía- está frenando su expansión y esta fase alcista del ciclo está visualizando el final de la curva positiva. Desde la Comisión Europea se asegura -dentro de lo que puede asegurarse en economía- que podremos estar creciendo hasta el 2020. Después, el vacío. Y no tenemos los deberes hechos. Ni en cuanto a las reformas que necesitamos acometer (pensiones, administración pública, energética, laboral,…) ni en cuanto a la tasa de paro que mantenemos.
Y es que aunque las tasas de PIB se mantengan en los próximos años por encima del 2%, no nos garantiza que bajemos a tasas de paro de un sólo dígito. Y de Andalucía ni hablemos. Ya sólo pensar en estar entre el 10% y el 20% en tasa de paro nos parece asombroso.
Hemos estado recibiendo fondos europeos durante más de dos décadas a razón de un 10% del Presupuesto de la Junta de Andalucía en forma de “bola extra”. De hecho aún seguimos recibiendo aunque en menor cuantía. Hemos tenido no sé cuántos Planes de Modernización y estamos donde estamos.
En cuanto el PIB se ralentiza algo, el desempleo se contrae. La última EPA fue “regular” para como tenía que haber sido y la última oleada del paro registrado hemos incrementado el número de desempleados. Y los sectores que más generan paro son los de siempre: agricultura y servicios. Y el único que genera algo, la construcción -¿les resulta familiar?-.
Decía Obama en 2009, en la sede Wall Street, en el Federal Hall, nada más sus primeras elecciones, que “la historia no podía volver a repetirse y que Wall Street tenía que aprender de sus errores del pasado”. Pues aquí estamos donde estamos y seguimos haciendo lo mismo. Ellos también. No se piensen.
En esta misma Tribuna, reclamaba yo mismo hace unos meses, unos Presupuestos diferentes a la propia Junta de Andalucía. Que fuera valiente la nueva Presidenta y que apostara decididamente a cambiar el signo de la región. Porque no me vale que las Comunidades Autónomas no tienen margen de maniobra para hacer esto. Con más de 31.000 millones de euros se pueden hacer muchas cosas. O no.
Pero una cosa es clara. O aprovechamos la coyuntura para arreglar nuestra maltrecha y esclerótica estructura productiva o en cinco años la caída puede ser aún mayor. Escrito queda.
