Las ciudades españolas se verán "especialmente afectadas" por los impactos del cambio climático, según ha advertido WWF en el informe 'Un grado más, una ciudad menos', que analiza la relación entre cambio climático y las ciudades y que apunta que estas subirán de 4 a 6 grados centígrados.
El estudio señala que en la actualidad los núcleos urbanos consumen casi el 80 por ciento de la energía y que en la actualidad la mitad de la población mundial vive en ciudades, lo que agrava el cambio climático.
El informe forma parte de la inciativa #NiUnGradoMás, que alerta de que se espera que cada vez haya más días en España donde el termómetro alcance 30 a 35 grados centígrados, especialmente en el centro y sur de la Península.
A punto de que concluya la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU en París, la ONG insiste en que los impactos del calentamiento serán "cada vez más patentes en las urbes", con el aumento de la frecuencia, la duración y la intensidad de los fenómenos climatológicos extremos, como lluvias torrenciales, inundaciones, sequías, u olas de calor. Estos episodios pondrán en peligro el suministro de agua potable o alimentos en los núcleos urbanos.
En concreto, señala que España y sus ciudades estarán afectadas por las sequías de larga duración y la reducción de las lluvias entre un 10 y un 20 por ciento, sobre todo en el sur. El cambio climático conllevará también una mayor evaporación del agua, que podría ser de hasta un 6 por ciento en la primera mitad de este siglo y llegar al 21 por ciento a finales. La suma de todos estos factores supondrá una menor capacidad de las urbes de abastecerse de agua potable.
Las predicciones climáticas colocan a España en un aumento de las temperaturas medias actuales de hasta 4 grados centígrados en invierno y de hasta 6 grados centígrados en verano. Junto con las "islas de calor", se prevén más días en las ciudades con valores de más de 30 a 35 grados centígrados.
El documento recuerda que hace 50 años el 30 por ciento de la población era urbana, frente al 50 por ciento actual. En concreto, las ciudades cubren el 72 por ciento de su demanda energética con combustibles fósiles como el petróleo, el carbón o el gas natural.
Por último, apunta respecto a las islas de calor, la ONG señala que suponen un mayor consumo energético en verano, dado que se necesita un uso más intensivo de los sistemas de climatización para mantener el confort de los ciudadanos.