Miles de jóvenes -45.000 según la organización- han llenado hoy la Plaza Mayor de Salamanca para celebrar la tradicional Nochevieja Universitaria en su duodécima edición.
A las doce de la noche han sonado 13 campanadas, como recuerdo a los atentados de París del 13 de noviembre, y los miles de jóvenes de toda España y de algunos países de Europa como Italia o Portugal han comido gominolas para celebrar el fin de año universitario.
La televisiva Ylenia, uno de los personajes que han estado en programas como Gandía Shore o Gran Hermano VIP, ha sido la encargada de dar los últimos consejos antes de las campanadas, el punto fuerte de esta Nochevieja Universitaria, y ha estado acompañada por Angy, la finalista de la primera edición del programa televisivo Factor X.
Ha sido la Nochevieja Universitaria con más control policial de las organizadas hasta ahora, con cerca de 200 agentes, entre la Policía Local y la Nacional, con un grupo de los Tedax (desactivación de explosivos), que han cercado la Plaza Mayor salmantina.
Así, se han realizado controles concretos y cacheos antes de entrar en la Plaza Mayor, donde se ha prohibido la entrada de alcohol, mochilas y bolsos de grandes dimensiones, además de impedir petardos y otros elementos pirotécnicos.
Sin embargo, bebidas alcohólicas en vasos de papel y en botellas de plástico han sido el acompañamiento de los jóvenes que han llenado la Plaza Mayor salmantina y el centro de la ciudad.
El exceso de alcohol se ha hecho notar en muchos grupos juveniles desde las diez de la noche, que han tenido que ser auxiliados por miembros de la Cruz Roja, y que han provocado algunos casos de desenfreno.
Salamanca ha sido, desde primeras horas de la tarde, el destino de miles de jóvenes procedentes desde diferentes puntos de España en autobús, tren o vehículos privados.
Han sido ya 12 las fiestas que bajo el nombre de Nochevieja Universitaria se han celebrado en la capital salmantina que comenzó con la originalidad de la idea y ahora se ha concretado en una de las actividades que más jóvenes congrega en la ciudad.
Un grupo de cuatro jóvenes, con no más de 24 años, ha aparcado su vehículo en la margen izquierda del río Tormes, junto a la Iglesia de El Arrabal, con la idea de "pasar la noche de fiesta y mañana regresar a casa", a Valladolid.
Juan es el conductor y ha explicado que piensa "beber", por lo que ha decidido "aparcar el coche, dejarlo en una zona tranquila, para que cuando acabe la fiesta pueda volver a conducir".
Desde las siete de la tarde, las calles del centro salmantino han comenzado a ser un hervidero de jóvenes, muchos con bolsas de plástico repletas de bebida y algo de comida, que comenzaban a buscar el inicio de su particular Nochevieja.
La organización de este festejo ha preparado diversas actividades para proporcionar diversión a los jóvenes, desde exhibición de motocross freestyle en La Vaguada, con el campeón del mundo en 2014 de la modalidad, Maikel Melero, a las diversas actuaciones en la Plaza Mayor con música electrónica.
El dj madrileño Juanjo Martín; Lara Taylor, la mejor vocalista del año en los Vicious Music Awards (los premios nacionales de Música Electrónica); y el productor musical gallego PaulHard han amenizado la espera del gran momento, el toque de campanas, las 13 campanadas que en esta ocasión han sonado en recuerdo a las víctimas de los atentados de París, el pasado mes de noviembre.
A última hora de la tarde de ayer, con el regreso de muchos salmantinos a sus casas, comenzaban a oirse críticas contra esta fiesta a la que vienen "muchos no universitarios, e incluso menores de edad, a emborracharse y ensuciar la ciudad en un macrobotellón permitido entre monumentos patrimonio de la Humanidad", según Arturo Pérez, un jubilado salmantino.
"Por una noche, Salamanca se convierte en el vertedero de España", ha apostillado Santos Sendín.
En esta línea crítica, Virginia Carrera, concejal en el Ayuntamiento de Salamanca por el grupo Ganemos, ha colgado en sus redes sociales una foto en la que se veía el escenario, con publicidad, y ha criticado que a su grupo político le obligaran a retirar una pancarta de la fachada del Consistorio contra la violencia machista.
Pero los más de 45.000 jóvenes que han recorrido la ciudad han buscado el argumento de la diversión y han encontrado la excusa de la Nochevieja Universitaria, porque después de las 13 campanadas han recorrido los bares del centro de la ciudad con la esperanza "de ver amanecer", como ha reconocido Roberto Santos, un joven visitante de Toledo.