El convoy motero organizado por Red Bull en colaboración con el Ayuntamiento de Jerez escenificó ayer a la perfección la “reconciliación” de las motos con la Plaza del Mamelón, uno de los espacios tradicionales del ambiente motero antes de que el centro se blindara a las dos ruedas en 2007. Más de 1.000 moteros, según estimaciones municipales, respaldaron esta marcha desde el Circuito de Jerez a la Plaza del Mamelón, donde los aficionados llegaron precedidos del coche de carreras de MotoGP y de Dany Torres, campeón del mundo de Freestyle. Muchos de los integrantes de esta “caravana” habían adelantado su estancia en Jerez un día antes al inscribirse en esta iniciativa, lo que los hosteleros de la zona sabrán agradecer, mientras que entre los participantes también había grupos de moteros jerezanos y de otras localidades de la provincia que no dudaron en apuntarse a este convoy, sobre todo cuando en su presentación se dijo que iría encabezado por Marc Márquez y Pedrosa. Esa fue la “pega” de la tarde, que lo que se utilizó como un reclamo, acabó convirtiéndose en una decepción para más de uno, sobre todo para los más pequeños, que esperaban con sus camisetas y sus motos pequeñas de Repsol. “Papá, ¿dónde está Márquez?Preguntaba inquieto un pequeño de 8 años en primera fila, impaciente por encontrarse con su ídolo. Como ellos, muchos aficionados decidieron irse pronto a coger sitio para no perderse ni un detalle del ambiente.
Buen ambiente
En la comitiva, muchos aficionados ni siquiera se enteraron de que Márquez y Pedrosa al final solo salieron en la salida a hacerse una foto durante poco más de un minuto.” ¿Ah, ¿pero no venían delante?”, se preguntaban otros motoristas mientras circulaban. Francisco y su hijo, venían desde Mijas (Málaga) “expresamente” para ver a Márquez, motivo por el que se apuntaron a la marcha y adelantaron su fin de semana en Jerez. “Hasta en la misma inscripción lo ponían, que ellos (por Márquez y Pedrosa) iban a estar”, señalaba el padre todavía acelerado de haber aparcado a toda prisa para ver a los pilotos en el Mamelón. “Menudo timo”, señalaba el pequeño, todavía con caras de pocos amigos.
Casi a la misma hora, el entorno de El Motorista y el centro respiraban aires de Gran Premio, en uno de los jueves previos a esta cita más animados que se recuerdan de los últimos años.