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San Fernando

La Isla no está muerta... siempre

La calle Real contó con un sábado festivo con actividades en las tres plazas del centro neurálgico de la ciudad.

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Quien se aburría este sábado en la calle Real, al menos entre la Alameda Moreno de Guerra y la Plaza de la Iglesia, era porque la genética le jugó una mala pasada y es aburrido de nacimiento. En ese tramo había, fiesta, se respiraba fiesta y lo que es más importante, adobada con solidaridad y cultura.

La primera parada, de San Francisco hacia abajo, era el Cádiz Street Food que hacía su primera para del verano en San Fernando. Comenzó en la tarde del viernes y por la noche de ese día se pudo disfrutar del rock de los Hermanos Dalton, que hicieron que aquello sonara todavía más rockero.

Ayer, de día, se veía el ambiente genuinamente americano con letreros en español y verdaderas obras de arte en furgonetas en las que se hacía el milagro de meter lo que no cabía. Ya había ambiente antes de llegar la hora del almuerzo y las actuaciones la convirtieron desde el comienzo en una cita inaludible.

En la plaza del Real estaba el Motoclub 1810 haciendo lo que mejor saben hacer, ser solidarios. La concentración motera pretendía sobrepasar los 2.000 kilos de productos alimenticios perecederos que luego entregan a las entidades entregadas a paliar los déficit de las Administraciones.

Y si en vez de dejarlos sólo aparcar las motos y les permitieran una barra, en la plaza del Rey no estarían sólo las motos, sino también los moteros. Aunque lo mismo no lo veían bien los dueños de los bares de los alrededores.

Ya en la plaza de la Iglesia -y entre medio las terrazas con buena entrada- la Feria del Libro inaugurada en la tarde del viernes contaba con más afluencia de público cuando se trata de cosas de leer, con lo fácil que es ver la película sobre la novela.

Baby Radio estaba allí, en directo, animando a los más pequeños que obliga a que acudan los padres, aunque también estaban concurridos los stand de los libreros que todavía se atreven a asistir a este acontecimiento anual.

Tanto la Alameda como la Plaza de la Iglesia siguen adelante con sus propuestas y lo que es una calle que dicen que está muerta -lo dicen de toda la ciudad- no estaba muerta. Estaba de parranda.

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