Así jugó Portugal la final de la Eurocopa que se disputó en el Estadio de Francia:
Rui Patricio (9): El portero del Sporting Lisboa mantuvo el buen nivel que mostró a lo largo de todo el torneo. En la primera parte, fue decisivo para sostener a Portugal con dos buenas intervenciones. Primero, salvó un buen cabezazo de Antoine Griezmann y después sacó un disparo a Moussa Sissoko que podría haber significado el primer gol del partido poco antes del descanso. En la segunda parte siguió con su recital y detuvo dos buenos disparos de Giroud y de Sissoko, que chocó contra el muro portugués. Fue el mejor de su equipo.
Cédric Soares (6): El lateral derecho de Portugal comenzó bien el partido con un buen pase a Nani, que después no acertó a rematar contra la portería de Hugo Lloris. Después, controló a Dimitry Payet, aunque a veces se mostró excesivamente duro y vio una tarjeta amarilla en el primer acto por una fuerte entrada sobre el jugador del West Ham. En la segunda se mantuvo firme en defensa y apenas subió por su banda para no descuidar su zona. Correcto.
Pepe (7): Aunque comenzó el partido con un error que pudo costar muy caro a Portugal tras perder una pelota que estuvo a punto de aprovechar Griezmann para marcar, después se entonó y volvió a mostrar la fiabilidad que le ha caracterizado durante el torneo. Después de perderse la semifinal por lesión, Portugal esperó con ganas a su mejor defensor y Pepe cumplió con un partido sobrio y contundente.
José Fonte (7): Como Pepe, se mostró muy firme en el centro de la defensa. Olivier Giroud apenas pudo deshacerse de su marcaje y solo los buenos movimientos de Griezmann consiguieron despistar al jugador portugués. Cumplió y consiguió mantener firme la defensa portuguesa, uno de los objetivos de Fernando Santos.
Raphael Guerreiro (7): Fue una montaña rusa durante todo el partido. Tuvo errores tontos, con pases fáciles fallados o florituras innecesarias. Sin embargo, en ocasiones mostró sus credenciales y se animó a subir por la banda izquierda con cierto peligro. Incansable en ataque, flojo en defensa, descuido un marcaje a Griezmann en la segunda parte que a punto estuvo de acabar en gol con un cabezazo del francés. En la segunda parte de la prórroga lanzó una falta al larguero que a punto estuvo de abrir el marcador. De menos a más.
William Carvalho (6): Fernando Santos colocó a William Carvalho por delante de la defensa para reforzar a una zaga que, con el jugador del Sporting Lisboa ganó en músculo y perdió en creatividad al no poner a Joao Moutinho. Santos, en este caso, cambió a Danilo por Carvalho y siguió con su idea de tener una defensa rocosa y fuerte. Eso fue lo que consiguió, nada más. Carvalho con el balón no aportó nada y sin él dio más seguridad.
Renato Sanches (5): Se esperaba mucho más en la final de una de las revelaciones del torneo. Renato Sanches salió nervioso al partido, perdió muchos balones, dio bastantes pases erróneos y a veces estuvo atolondrado cuando tuvo que sacar la pelota en ataque. Ni siquiera su potencia fue decisiva para hacer una buena defensa, casi siempre desbordado por la potencia del centro del campo francés. Fue sustituido por Éder a doce minutos del final.
Adrien Silva (4): No tuvo su mejor día. Su aparición en las alineaciones de Portugal desde la segunda fase mejoraron la consistencia del cuadro luso en el centro del campo. Sin embargo, ante Francia apenas aportó nada, ni ofensiva, ni defensivamente. Incluso Sissoko, en la primera parte, se permitió el lujo de hacerle un túnel que precedió a un disparo que detuvo Rui Patricio.
Joao Mario (6): Escaso de ideas para crear juego, por lo menos se vacío defensivamente y en ocasiones, con su fuerza, dio aire a Portugal con salidas desde atrás poderosas que oxigenaron a sus compañeros. A veces se mostró duro con entradas a destiempo, pero se sacrificó y miró más hacia atrás que hacia delante por el bien del grupo. Cumplió sin florituras.
Nani (7): Sin Cristiano Ronaldo, se tuvo que encargar de comandar el ataque de Portugal. Comenzó bien, con un buen control a pase de Cedric que después mandó por encima del larguero tras un disparo desde fuera del área. Ese ímpetu inicial tuvo cierta continuidad hasta la media hora del encuentro, en la que hizo buenos movimientos y consiguió intimidar a Francia. Sin embargo, poco a poco se fue evaporando y acabó desapareciendo del partido casi hasta el final, cuando un centro envenenado estuvo a punto de batir a Lloris. Fue de más a menos y en la prórroga, como el resto de sus compañeros. volvió a subir el nivel.
Cristiano Ronaldo (-): Sin duda, protagonizó la fotografía del partido. Su imagen saliendo del campo lesionado en una camilla y llorando, pasará a la historia de las finales. Un par de entradas de Dimitry Payet en el minuto 8 y en el minuto 17, ambas exentas de sanción, dejaron fuera de juego a un jugador que ya lloró en la final que perdió en la Eurocopa de 2004. Hace 12 años su rostro acabó lleno de lágrimas y la historia le volvió a jugar una mala pasada.
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Ricardo Quaresma (6): Sustituyó a Cristiano Ronaldo en la primera parte y por primera vez en toda la Eurocopa tuvo mucho tiempo para intentar demostrar que es algo más que un jugador para los últimos minutos. Sin embargo, Quaresma estuvo desaparecido en ataque y en defensa no anduvo fino. En la segunda parte, Kingsley Coman le mareó en la banda izquierda para sacar un centro que a punto estuvo de aprovechar Antoine Griezmann. Aún así, al final, tuvo tiempo para intentar una chilena que salvó Hugo Lloris. Su esfuerzo tuvo premio.
Joao Moutinho (6): A falta de media hora salió al campo para sustituir a Adrien Silva. Fernando Santos esperaba tener más posesión con su presencia sobre el campo y lo consiguió. Moutinho, tal vez el jugador de más calidad en Portugal para el centro del campo, tuvo el tiempo necesario para engrasar su maquinaria y Portugal, en la prórroga, fue mejor.
Éder (9): Sustituyó a Renato Sanches en el tramo final de la segunda parte y apenas tuvo presencia en el juego de su equipo, pero despertó en la prórroga y fue decisivo. Primero avisó con un remate de cabeza que sacó Hugo Lloris y después, con un zapatazo desde fuera del área, se convirtió en el protagonista del duelo con el gol que dio el primer título de su historia a Portugal. Clave para convertirse en leyenda de su país.