Profesionales del Hospital Punta de Europa de Algeciras han realizado alrededor de 700 consultas y 52 intervenciones (50 de ellas con anestesia general) a pacientes de los campamentos de refugiados saharauis en el desierto de Tindouf (Argelia) en el marco de un proyecto de cooperación con organizaciones no gubernamentales que impulsa el sistema sanitario público de Andalucía.
El viaje ha tenido lugar entre el 24 de febrero y el 11 de marzo y en él ha participado un equipo compuesto por ocho profesionales del hospital algecireño, concretamente los especialistas en Otorrinolaringología Diego Rodríguez y Antonio Caravaca, las enfermeras Isabel Fernández y Ana María Martínez; las auxiliares de enfermería, Conchi León y Palma García; el matrono, Sergio Alberto Rivera; y la especialistas interno residente en Ginecología, Lucía González. Junto a ellos ha viajado también Javier Piury, un anestesista del Hospital San Rafael de Cádiz y además han contado con la ayuda de tres cooperantes de la Asociación Enyanin, que es quien organiza esta expedición cada año.
Los principales problemas de salud que se detectan entre la población saharaui se localizan en los oídos, nariz y garganta, principalmente provocado por las condiciones de vida y el clima de la zona. Por ello, al igual que en ediciones anteriores, los objetivos de la expedición han sido asistir la población en el área de otorrinolaringología y en esta ocasión además en la materno-infantil al contar con la presencia de una ginecóloga y un matrono. Asimismo, una de sus tareas ha sido formar al personal sanitario local e iniciar un proyecto de cooperación con la escuela de enfermería de la zona de cara al próximo año.
Al igual que en años anteriores, la experiencia personal y profesional ha sido muy gratificante para los sanitarios algecireños, que siempre agradecen la colaboración de las administraciones y patrocinadores para poder desarrollar esta iniciativa, y especialmente la labor del personal sanitario de los campamentos de refugiados, por su ayuda en todo momento.
Tanto la asistencia sanitaria en los campamentos, como la alimentación, las infraestructuras y otras necesidades básicas, dependen de la cooperación y la solidaridad internacional. Y es que las personas que viven en estos campamentos disponen de dispensarios para la asistencia sanitaria más básica y de un rudimentario hospital nacional, dotado con unas 50 camas, donde se realizan las intervenciones quirúrgicas no ambulatorias, que dependen también de la ayuda internacional.